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Innes Fitzgerald, la Greta Thunberg del atletismo

▶ La deportista inglesa no correrá el Mundial de cross por su rechazo a viajar en avión: «Nunca me sentiría cómoda volando sabiendo que, como resultado, las personas podrían perder sus medios de vida»

JAVIER ASPRÓN

De familia La preocupación de Fitzegarld es heredada de sus padres, que viven en una edificación con la mayor eficiencia energética posible y cultivan frutas

Innes Fitzgerald tiene 16 años, pelo anaranjado y una poderosa zancada. También un prometedor futuro en el atletismo, donde ya es plusmarquista inglesa sub-18 de 3.000 metros con una marca por debajo de los nueve minutos. Sin embargo, su conciencia ecológica juega en su contra. Fitzgerald, que se ganó la plaza para correr el Mundial de cross sub-20 el próximo 18 de febrero, ha renunciado a disputarlo por su negativa a coger el avión que debía llevarla a la localidad australiana de Bathurst, la sede del Mundial.

«Tener la oportunidad de competir por Gran Bretaña es un privilegio. Sin embargo, con gran pesar debo rechazar esta oportunidad. La realidad del viaje me llena de profunda preocupación», escribía la joven en una carta a la Federación inglesa para explicar su renuncia. «Nunca me sentiría cómoda volando sabiendo que, como resultado, las personas podrían perder sus medios de subsistencia, sus hogares y sus seres queridos. Lo menos que puedo hacer es expresar mi solidaridad con quienes sufren el colapso climático en la primera línea. Tomar una decisión así no ha sido fácil. Sin embargo, poco se compara con el dolor que sentiría al coger el vuelo». Su negativa a contribuir a la huella de carbono le deja sin una posible medalla.

En diciembre, Fitzgerald cautivó con su desparpajo en el Europeo sub-20 de cross. Ante chicas tres años mayores que ella, atacó nada más darse la salida y aguantó con la española María Forero en cabeza hasta el tramo final del circuito de 3,8 kilómetros. Ahí se desfondó, al punto de perder también la plata y el bronce en los metros finales. La sorpresa llegó después, cuando Fitzgerald explicó que su cansancio se debía al largo viaje que había realizado: un autobús nocturno desde Exeter a Lille para cruzar el canal de la Mancha y una sucesión de trenes con escalas en París, Offenburg y Milán antes de llegar a Turín. Desde entonces le llaman la ‘Greta Thunberg’ del atletismo.

Esta parece que será la rutina de la joven inglesa si decide continuar por esa senda de preocupación por el medio ambiente. Este mismo año tendrá que decidir si viaja, y cómo lo hace, al Europeo sub-20 de Jerusalén, en agosto. Y en esas mismas fechas, un año más tarde, se celebrará el Mundial de esa misma categoría en Lima (Perú). De seguir con su progresión, sus primeros Juegos deberían ser los de Los Ángeles 2026. El calendario tampoco se lo está poniendo fácil.

A la fondista no dejan de aparecerle adeptos en Inglaterra, aunque también detractores, que ven en la decisión de la adolescente un simple «lavado de cerebro». «El avión saldrá igual sin ella», le critican en un foro abierto en el semanario especializado ‘Athletics Weekly’.

Fitzgerald admite que su preocupación por el medio ambiente es compartida por sus padres, con quienes vive en una ‘Passivhaus’, una construcción con la mayor eficiencia energética posible. Allí cultivan frutas y verduras para consumo propio.

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2023-02-01T08:00:00.0000000Z

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