Hubo un tiempo en que la evolución comparada de la renta per cápita española respecto al resto de sus socios europeos era algo de lo que presumir. Quizá el ejemplo más representativo sea el célebre augurio del presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero en enero de 2007, cuando embriagado por los efectos de una década casi completa de ininterrumpido crecimiento económico, por el ‘sorpasso’ a Italia en términos de renta per cápita y los efluvios de la burbuja inmobiliaria, vaticinó que en 2010 España igualaría o superaría ligeramente a Alemania en términos de renta per cápita.

Después sobrevino la crisis financiera mundial y España no solo no cerró la brecha que le separaba de Alemania en términos de bienestar sino que cayó nuevamente por debajo de Italia y no recuperó el nivel de renta per cápita registrado en 2007 hasta justo una década después.

La pandemia ha venido a empeorar de forma dramática esa fotografía. Según los datos recientemente difundidos por la oficina estadística europea, Eurostat, la renta per cápita española se situó en 2022 en 24.590 euros, sensiblemente por debajo de los 27.860 euros de Italia, los 33.230 euros de Francia o los 35.860 euros de Alemania.

Abrir el foco no es un ejercicio mucho más alentador. La renta media per cápita española se sitúa un 15% por debajo de la media de renta de la UE-27 (28.810 euros) y si la comparación se hace con las 18 economías de la eurozona la diferencia se ensancha hasta el 23% (31.830 euros).

Cicatrices de la pandemia

España ya se situaba muy por debajo de los principales países europeos e incluso de las medidas de la Unión Europea y de la eurozona antes de la pandemia, pero el desplome económico sufrido durante los confinamientos –que según se ha demostrado golpeó de forma particularmente violenta a una economía tan dependiente de actividades económicas asociadas a la socialización y el uso de los espacios exteriores como la española– ha venido a agrandar esa distancia.

Mientras la renta per cápita española ha retrocedido desde los 25.180 euros en que Eurostat la situaba en 2019, justo antes del Covid, hasta los 24.590 euros, la renta per cápita media de la Unión Europea ha avanzado de los 28.050 euros a cerca de los 29.000 y la de los países de la eurozona lo ha hecho desde l os 31.300 euros a l os 31.830 euros.

Si cogemos el ejemplo de los grandes países de la Unión Europea solo Alemania, golpeada por la pandemia pero también de forma muy directo por el ‘shock’ energético causado por el ataque ruso a Ucrania por su dependencia del gas ruso, ha perdido renta per cápita, desde los 35.950 euros que marcaba en 2019 a los 35.860 euros que según Eurostat registró en 2022.

Francia recuperó el año pasado el PIB per cápita previo al Covid e Italia ya está por encima, desde los 27.230 euros de 2019 a los 27.860 euros registrados en los datos recientemente difundidos por la oficina estadística europea.

El caso español es aún más grave puesto que el país ni siquiera ha sido capaz de recuperar la renta per cápita de 2018, el año en que Pedro Sánchez llegó al poder. Ese año Eurostat reportó una renta per cápita de 25.180 euros, que continúa siendo el máximo histórico registrado nunca en España y que a día de hoy estamos aún lejos de recuperar. En los cinco ejercicios que separan ese año de 2022 España ha perdido 590 euros de renta por habitante.

Más lejos que nunca

La evolución del indicador no solo sitúa a España como la única economía europea que no ha logrado progresar en términos de renta per cápita en los últimos cinco años, con la única compañía de Islandia, un país que ha logrado mejorar cerca de un 20% su renta per cápita después de una crisis financiera que estuvo a punto de hacer quebrar el país, pero que lleva cinco años de estancamiento que han paralizado la crecida de su renta per cápit a en l os 38.000 euros, l ejos de l os 32.000 euros que tenía en 2007.

A los efectos de España el estancamiento en la evolución de sus niveles de bienestar desde la gran crisis financiera de 2009 ha tenido efectos muy negativos sobre su proceso de convergencia con la Unión Europea en términos de renta per cápita. Según la información de Eurostat, España llegó a estar por encima de la renta media europea durante el sexenio que separa 2002 y 2008 para caer por debajo de la misma desde entonces.

En 2022 la renta per cápita española en términos de paridad de poder de compra (es decir, teniendo en cuenta el coste de la vida en cada uno de los países de la UE) se situó en el 85% de la renta media europea, su nivel más bajo de los últimos veinte años.

España está por debajo en este indicador de países como Chipre, que ha atravesado la travesía del desierto de un rescate europeo, Lituania, República Checa o Eslovenia, que son socios del club de la Unión Europea desde tiempos mucho más recientes.

Y, por supuesto, muy lejos de los países a los que un día nos quisimos comparar: Alemania, cuyo nivel de renta equivale al 117% de la renta media en la UE, Francia, que está ligeramente por encima (101%) e Italia (96%).