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Valentí Puig: «Pedro Sánchez es el peor presidente de la democracia»

▶ En ‘Casa dividida’, el ensayista y novelista compone un dietario personal y político del convulso 2022

SERGI DORIA

Valentí Puig es uno de nuestros mejores escritores de dietarios. Y ‘Casa dividida’ (Destino) es su séptima entrega. El dietario hilvana las epifanías de la contemplación con el acta urgente de la actualidad, el aforismo con el microrrelato, el parte médico con el recetario hedonista: «Empiezas por hablar a menudo de ti mismo y poco a poco acabas dándote cuenta de que los otros, las casas, las nubes y las sombras, los paisajes tienen toda la importancia», explica. No confundamos el dietario con la literatura de mesa camilla: escritores de domingo por la tarde, los llamaba Pla: «Cuando hacía crítica de libros, enseguida identificaba el tufo de las novelas escritas en la camilla, o ya con una estufa de butano, recalentadas, mediocres, como un escape de gas en la casa: novelas con una loncha muy delgada de jamón de York adulterado», añade.

¿Por qué ‘Casa dividida’? «Una casa dividida es más que un conflicto político, también es moral y existencial», advierte. El año 2022, por ejemplo: coletazos de la pandemia, Trump contra el Capitolio, Johnson contra la sensatez, guerra de Putin en Ucrania, descomposición del proceso separatista, Sánchez y sus apoyos peligrosos, feminismo cuarteado, cambio climático, bronca polarización política…

Al dietarista le da pereza hablar del ‘procés’ y si lo hace se impone controlar el sarcasmo. A cinco años del golpe, las dos principales formaciones independentistas –ERC y Junts– andan a dentelladas. Es imposible reactivar el golpe, observa: «Un ciudadano libre no puede entender que, desde el actual espectáculo cainita se hable de una dirección estratégica del ‘procés’. Decirlo equivale a contumacia de los incompetentes, ilusionistas de una Cataluña que nunca ha existido como no sea para búnker que hace las veces de oficina de ocupación».

El buen dietarismo requiere del retrato moral, eso que los manuales denominan etopeya. El autor de ‘Casa dividida’ dedica extensos fragmentos a Pedro Sánchez: «Habla bien el inglés sin que le sea exigible conectar palabra y significado. Confunde la lealtad con la dependencia, la confianza con el vasallaje, los ministros con las bolas de billar, la ambición con el ego. A semejanza de los temperamentos más listos que inteligentes, vive la política como un campeón de esquí acuático. Es un rostro hipotéticamente agradable, como de exjugador ágil, una mirada de sobrino que espera el aval familiar para una hipoteca… Le favorece no tener la manía de la verdad».

«La inmersión lingüística ha fracasado y la sobreprotección de la lengua catalana ha sido contraproducente»

Ideología de género

El dietarista califica al resistente como «el peor presidente de la democracia». ¿Peor que Zapatero?, inquirimos: «Zapatero supo rectificar y no llegó a gobernar con Podemos». En enero ve a Sánchez «concentrado en negar los riesgos de la inmigración sin control, en sostener la ideología de género, anestesiar en falso la cuestión catalana, perder peso en Bruselas y acabar con la prostitución, por ejemplo». Mientras tanto, ignora el reciclaje nuclear y sube la electricidad. Conclusión: «El perfeccionismo de la simplificación justifica los gobiernos pueriles y posterga las cuestiones de Estado».

Etopeyas internacionales: «El rostro de joven besugo que tenía Vladimir Putin fue perfilándose como un esturión y ahora, abotargado y con ojos más hendidos, se aproxima al flote líquido de una medusa l etal» . La guerra de Ucrania podría acabar según el modelo de las dos Coreas en 1953: una zona desmilitarizada. «Si China o Turquía consiguieran esa tregua habría fracasado la UE», lamenta Puig. Vaticano: «El Papa Francisco parece más interesado en la Sociología que en la Teología, aunque me parece bien que los curas se casen. El catolicismo ha perdido potencia. Ratzinger fue el último gran intelectual que tuvo la Iglesia». Antisemitismo (véase Colau y su ruptura de relaciones con Tel Aviv): «Prospera falazmente en manos de la izquierda antisistema, con el hombre palestino como víctima de Occidente. Es otra lógica de odio». Literatura, Annie Ernaux, premio Nobel: «Su obra tiene más que ver con la confesión terapéutica. Viste de prosa dudosa las conversaciones con el psiquiatra. Su tono confesional no tiene nada que ver con el de Rousseau o San Agustín; es más bien una modalidad de la autoayuda que copa los suplementos de libros».

Reflexiones en catalán o castellano, según acuden a la mente. «La grandeza del bilingüismo. La inmersión lingüística ha fracasado y la sobreprotección de la lengua catalana ha sido contraproducente», subraya. El dietarista describe un 2022 con «más antifascistas que fascistas, más innovaciones pedagógicas y menos educación, más libros y menos lectores». Y el ‘sincorbatismo’ «elevado a ideología».

CULTURA

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2023-03-28T07:00:00.0000000Z

2023-03-28T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/282218015044785

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