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Márquez se vuelve el más odiado

▶ El multicampeón español suma otra caída a su pilotaje temerario, otra baja por lesión a su historial médico y nuevas críticas de sus compañeros

SERGI FONT

Todo el carisma que tiene entre los moteros que acuden a l os circuitos l o pierde en el paddock. Marc Márquez (30) ha dejado de ser aquel risueño jovenzuelo con una permanente sonrisa profidén en el rostro para convertirse en un piloto incómodo en pista, descarnado en la pugna, implacable en carrera, pero temerario por su estilo de pilotaje. Sus ocho campeonatos mundiales (seis en MotoGP) no maquillan los numerosos incidentes que ha tenido ni aminora las críticas recibidas, las últimas tras la caída de este domingo en Portimao, echando del trazado y arruinando la carrera de Jorge Martín y golpeando con dureza a Miguel Oliveira. Es el último episodio del piloto de Honda, que tiene el dudoso honor de ser el que año tras año pelea por el ‘premio bayeta’ (así se reconoce a los motociclistas que más veces se van al asfalto durante cada temporada).

«Es uno de los temas que quiero mej orar. No me quiero caer pero si me tengo que caer para ser campeón lo haré. Es mi estilo. Desde el sofá no me caería y, si no me cayese, a lo mejor no sería Marc, no ganaría y no arriesgaría tanto», aseguraba el ilerdense a finales de 2017 cuando había batido todos los registros negativos con 27 caídas en l os 18 grandes premios disputados aquel año.

Un estilo y unas caídas que no le causaron lesiones graves durante sus siete primeras temporadas en la categoría reina, pero que a partir de 2020 le provocaron graves heridas, de las que todavía sufre las consecuencias, y la animadversión del resto de pilotos, aunque su cruzada con Valentino Rossi se iniciaría ya en 2015 con la patada que le dio el italiano en Sepang mandándolo al suelo. «Bambino de merda», le escupió Il Dottore, que en Misano 2019 también trató de tirarlo al suelo durante la clasificación. «Era imposible girar a esa velocidad. Por suerte he podido salvar la caída. Mi gesto no ha sido de pedir perdón. Más bien de no entender qué hacía ahí. No quiero pensar en su intención porque si piensas mal acertarás», espetaba el ‘93’, que ya sumaba cinco Mundiales.

Compensaba Márquez el lunar de sus numerosas caídas (15 en 2018, 11 en 2014, 13 en 2015, 17 en 2016, 27 en 2017, 23 en 2018, 14 en 2019, 2 en 2020 que lo dejaron fuera toda la temporada, 22 en 2021 y 18 en 2022) con una de sus grandes habilidades: las salvadas imposibles. Pero su capacidad para inclinarse 70 grados con su RC213V no lo libró de una serie de graves incidentes, el primero de ellos en el estreno de la temporada 2020, en Jerez, donde tuvo dos caídas en una misma vuelta y se fracturó el húmero. Una lesión por la que estuvo un año en el dique seco, que a punto estuvo de retirarlo y para la que necesitó cuatro operaciones en dos años. Preocupante fue también la diplopía (visión doble) que sufrió en Indonesia 2022 tras una grave caída en la que se golpeó la cabeza.

El último incidente, el de este pasado fin de semana, se ha saldado con el dedo gordo de la mano roto y una nueva operación para fijarle el hueso con dos tornillos, lo que le impedirá disputar el Gran Premio de Argentina el próximo 2 de abril. No deja de ser curioso que el piloto se haya perdido 26 carreras de las últimas 53 (el 49,06%) desde que comenzó su calvario en Jerez 2020.

Es sin duda esta última lesión, tras bloquear la rueda delantera y llevarse dos pilotos por delante, la que más críticas le han reportado. Que se corriera en Portugal y el mayor damnificado fuera el héroe local, Miguel Oliveira, han amplificado las censuras hacia su pilotaje. Lusos e italianos ya lo odian por igual.

Y sus compañeros se han sumado a los reproches. Si hace unos años éstos eran tibios, ya no lo son. Joan Mir (entonces en Suzuki y ahora compañero suyo en Honda) le recriminaba así un adelantamiento en los FP2 en Austria 2021: «No hace falta sacarme de la pista ni adelantar así. Supongo que es su estilo, pero no le veo sentido aplicarlo en el entrenamiento». «Están muy sensibles», le respondió Márquez, que también fue señalado por Aleix Espargaró tras seguir su rueda en Jerez 2020, algo que secundaron varios pilotos.

Las críticas del paddock

El piloto de Aprilia fue uno de los más contundentes y beligerantes tras el accidente de este fin de semana. «Le tienen que penalizar con una carrera, como mínimo. Una doble ‘long lap’ es ridícula. Le pudo destrozar la rodilla a Oliveira. Fue gravísimo. Este deporte no es boxeo», criticó el mayor de los Espargaró. Tampoco se mordió la lengua Jorge Martín, uno de los damnificados por la acción de Márquez: «No es la primera vez que me tira. Y no sólo a mí, sino a muchos pilotos. Pedir perdón al box, a la grada, ya no funciona. Creo que deberían hacer algo. No es la primera vez que me destroza una carrera. Espero que conmigo tenga cuidado porque no sólo ha sido la caída, también tengo una lesión. Si sigue así, al final de año no habrá gente en la parrilla. Oliveira ha tenido suerte, pero igual podía haberse roto la espalda».

Curiosamente, uno de los que lo disculpó fue Fabio Quartararo, a pesar de que el año pasado se vio perjudicado por otra acción del ilerdense (se le bloqueó el dispositivo de salida) en Aragón, lo que provocó la caída del francés y de Nakagami a las primeras de cambio. Ese accidente le costó a Quartararo el liderato de un Mundial que acabó ganando Pecco Bagnaia.

Jorge Martín: «El pedir perdón ya no funciona, no es la primera vez, si sigue así al final de año no habrá gente en la parrilla»

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2023-03-28T07:00:00.0000000Z

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https://lectura.kioskoymas.com/article/282235194913969

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