En vez de rechazar la inaceptable visita de unos diputados del Parlamento alemán a España para fiscalizar sus instalaciones agrícolas, a rebufo del boicot allí a la fresa de Huelva, el Gobierno pone alfombra roja a esa intolerable injerencia, de inspiración colonialista, arrogándose el grupo visitante unas competencias inspectoras sobre asunto estrictamente nacionales. ¿Admitiría Alemania una delegación de diputados españoles para visitar la mina de carbón a cielo abierto que ha engullido por entero el municipio de Lützerat? Parece improbable. Y haría bien en vetar esa ilegítima intromisión. Pero en el caso que nos ocupa es coherente que el Gobierno transija con esta infamante visita, pues tanto Sánchez como la ministra Ribera han apoyado activamente el boicoteo a la fresa española en Alemania. No es la primera vez que este Ejecutivo sabotea los intereses de España; recordemos la campaña del ministro de Consumo contra la industria ganadera. Ahora es la parte socialista de este Gobierno, que parece que en su crepúsculo aumenta sus errores, la que se adhiere a esta agresión a la imagen de España.