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Las seis horas de huida de un guardia civil antes de suicidarse tras asesinar a su expareja

El sábado por la tarde un guardia civil mató a su expareja en plena calle. Huyó en una furgoneta alquilada y se atrincheró en el bosque. Tras una intensa negociación, se suicidó con la misma arma

PATRICIA ABET SANTIAGO

Entre el disparo que mató a Vanesa y el momento en que su verdugo se quitó la vida transcurrieron seis horas fatales. Es el tiempo que duró la fuga de este guardia civil de Bayona que, a plena luz del día, encañonó a su expareja delante del camping en el que ella trabajaba, el pasado sábado. No le importó que algunos de los testigos del crimen fuesen niños, ni que lo viesen huir en una furgoneta que, presumiblemente, había alquilado como parte de su plan. El crimen –está siendo evaluado para su inclusión en el registro oficial de víctimas de violencia de género– activó a todos los agentes del sur de la provincia de Pontevedra, que por tierra y aire empezaron una búsqueda contrarreloj del compañero que acababa de condenar a su expareja. Contra él pesaba una orden de alejamiento de 300 metros y la prohibición de comunicarse con ella, dictada tras un juicio rápido celebrado el pasado abril. La alerta que recibieron los agentes indicaba que el hombre iba armado, pero no con su pistola reglamentaria. Desde la condena, explicaron ayer desde la subdelegación del Gobierno en la provincia, el agente tenía retiradas las armas y «únicamente prestaba atención a la ciudadanía».

La primera llamada al 112, a las 16 horas, informó de que la mujer, de 44 años, había quedado tendida entre dos vehículos. En ese momento, sabedores de que nada se podía hacer para salvar su vida, desde el Instituto Armado reconocieron a ABC que «todos los esfuerzos» se concentraban en encontrar al agresor. «Es en lo que estamos volcados», manifestaron. La búsqueda los llevó hasta un bosque en el que el hombre se atrincheró. Habían transcurrido cuatro horas desde el crimen y sabían que llevaba encima un arma corta, así que entró en escena un negociador que trató de persuadirlo para que se entregase. El diálogo se dilató dos horas, de máxima tensión, hasta casi entrada la noche, pero a las 22.15 el guardia civil se quitó la vida.

En la resaca de este crimen machista empezaron a emerger los primeros datos del infierno de Vanesa. Su entorno la califica como una persona introvertida y muy trabajadora, que no dudó en señalar los malos tratos a los que su pareja la sometía. Las acusaciones desembocaron en una vista oral tras la que se decretó que su caso era de «riesgo medio». En su expediente figuran 56 intervenciones de protección, la última «muy reciente», aunque no todas ellas responden a quebrantamientos sino a simples comprobaciones. Este sábado no hubo margen. El verdugo de Vanesa trazó un plan sin opciones que la última luz del día sentenció.

ABC 2

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2023-06-05T07:00:00.0000000Z

2023-06-05T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281887302698837

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