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Caso Dina: cuatro años de enredo

ISABEL VEGA

En 47 piezas que tiene el caso Villarejo, hay de todo. Algunas pendientes de sentencia, otras renqueando pero en avance. Otras archivadas con menos gloria que el día que se incoaron. Y alguna enquistada, como el caso Dina. El resumen: después de tantas vueltas con que si Pablo Iglesias era víctima o sospechoso y su exasesora Dina Bousselham se había inventado o no, un robo y una persecución de las cloacas, lo que queda es que los dos periodistas de la extinta Interviú que recibieron una tarjeta de móvil que resultó ser de ella están a un par de pasos del banquillo, como el comisario José Manuel Villarejo. Y la decisión es de ahora pero la razón es la misma que había hace cuatro años, cuando empezó esta investigación que a ratos, era ‘Falcon Crest’: Que el entonces reputado policía les pidió copia del dispositivo que les había llegado a la revista para sus cosas de información de inteligencia. En aquel momento, en la prensa se informaba de que la UDEF estaba buscando las vueltas a la financiación de Podemos. Venezuela, Irán, Pisa y todo lo demás. Y ellos, como dirían al ser llamados por el juez en mayo 2019, se la dieron.

Esto es todo lo que había entonces y lo único que queda hoy en esa pieza. Por el camino, la Fiscalía Anticorrupción puso a Iglesias bajo sospecha y en duda el testimonio de Bousselham, y entró en la ecuación un rebotado de Podemos, el abogado José Manuel Calvente, cuya ira contra otra letrada, Marta Flor –le denunció por acoso–, y el propio partido acabó fagocitando a un fiscal.

Cuatro años, en efecto, han dado para mucho. Aunque al final, lo que iba a ser la investigación que desentrañaría la «pata mediática» del «clan» de Villarejo, se queda en los dos periodistas que no publicaron. Y las idas y venidas que hicieron de Pablo Iglesias víctima primero y sospechoso, después, acabaron con él de vuelta a la causa como perjudicado de un delito que en realidad, denuncia Bousselham, que al fin y al cabo era la dueña de la tarjeta del teléfono (robado) y de la información que contenía. De esto, poco se sabe además porque el único rastro es lo que estaba en el ordenador de Villarejo y que la propia Bousselhan puso en solfa cuando tras revisarlo, dijo que faltaba información y otra estaba desorganizada. La tarjeta está destruida y no consta que ella hiciese una copia.

Claro, que esta parte podría ponerse en duda, considerando que el juez Manuel García Castellón ha pedido a un juzgado de Madrid que la investigue por denunciar en falso el robo del teléfono y a otro, por faltar a la verdad cuando acudía a la Audiencia Nacional en calidad de testigo, decisión que avaló hace unos días la Sala de lo Penal. Es uno de los argumentos que intentan hacer valer los dos de Interviú, los periodistas Alberto Pozas y Luis Rendueles, para que el tribunal les saque de la ecuación. Cuestionan que vayan a acabar en el banquillo si la información no se publicó, si a quien entregaron copia era aún un comisario condecorado, si la víctima no es creíble para el juez y si no hay manera de contrastar qué fue lo que se reveló.

Pero nada es tan sencillo y menos, en la Audiencia Nacional, donde a estas alturas del asunto ya se da por hecho, aunque aún no se haya escrito en ninguna sentencia, que el comisario se ganaba la vida trajinando con los secretos ajenos. Y la ratonera atrapa tanto al que le encargaba conseguir esos secretos, como al que pagaba en ‘cash’ o en favores tener acceso a los mismos. También, en este caso, a quien se los entregase. Ellos se comparan en un reciente recurso con un empleado del BBVA al que han pasado las balas rozando. Dio datos de terceros a la gente de Villarejo. ¿Sabía que no eran para un trámite oficial? Los investigadores le han creído cuando lo ha negado. El de Dina es otro escenario, son periodistas y esa sospecha no sentenciada habla de mercadeo con la prensa. Es, de hecho, la bandera que ondeó Podemos en las autonómicas y a veces, también Pedro Sánchez.

A todo esto, la Fiscalía Anticorrupción, que se ha dejado a uno de los suyos y mucha reputación en esta pieza, no ha movido ficha en lo que respecta al fin de la investigación, pero tiene aún que pronunciarse sobre el destino de los tres señalados, igual que la Sala de lo Penal, donde se viene jugando la bola de partido en este enredo. Mucho papel, mucha diligencia y mucho recurso, y el último capítulo del caso Dina aún está por escribir. Aunque lo que queda en el guion estaba ya sobre la mesa en 2019. Menudo ‘spoiler’.

El último capítulo de la serie aún está por escribir, aunque lo que queda del guion consta ya desde 2019

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2023-06-05T07:00:00.0000000Z

2023-06-05T07:00:00.0000000Z

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