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La banca suelta lastre de activos tóxicos para enfrentar saneada la ola futura de morosidad

▶ La tendencia este año irá hacia desprenderse de créditos sanos pero que en algún momento pasado se impagaron

DANIEL CABALLERO MADRID

La banca saca pecho de que a la sucesión de crisis vivida desde marzo de 2020 l legó mucho mejor preparada que en 2008. El panorama es radicalmente distinto. Acredita niveles de capital y liquidez mucho más sólidos, pero también tiene menos activos problemáticos que entonces ya que los balances están más saneados. Y en 2022 la dinámica fue de volver a soltar lastre por lo que pueda ocurrir con la morosidad en un futuro no lejano.

En 2011 las entidades financieras empezaron a desprenderse de los llamados activos tóxicos, es decir, activos que han perdido buena parte de su valor, que están impagados o una combinación de ambos. Los años 2017, 2018 y 2019 fueron los de mayor actividad. Las entidades se lanzaron a vender carteras millonarias de activos problemáticos, en buena medida inmuebles pero también créditos, a los fondos de inversión. En tres años se quitaron de balance más de 125.000 millones en activos, aunque cogió por medio el saneamiento que hizo el Santander tras digerir Banco Popular.

Entonces llegó la pandemia y durante 2020 y 2021 las operaciones de venta de activos tóxicos se frenaron. Los bancos estaban centrados en pasar la crisis de la mejor forma. En 2022 el ritmo se recuperó. «El año 2022 ha estado protagonizado por un volumen de transacciones que comienza a acercarse de nuevo a las realizadas antes de la pandemia, habiendo ejecutado en el último ejercicio 47 operaciones por 16.456 millones de euros en ventas de carteras y siendo más de un 70% adicional respecto a las carteras transaccionadas en 2021. Durante este año 2023 las entidades financieras seguirán paquetizando sus activos tóxicos con el objetivo de liquidarlos», indica un reciente informe de Atlas Value Management.

Las 47 operaciones de venta de activos problemáticos del año pasado marcaron un récord de la serie histórica, si bien en volumen de millones de euros el máximo esté lejos. La banca pisó así el acelerador en su tarea de desprenderse de lo peor que tiene en sus entrañas... con el objetivo de no poner palos en las ruedas al buen comportamiento que se espera en el sector a partir de este año.

Fuentes financieras apuntan a que la actividad de venta fue muy intensa el año pasado, especialmente en la segunda parte del ejercicio, para acabar el año con el balance lo más sano posible. Los bancos se han desprendido de paquetes enteros de créditos de empresas, de particulares, hipotecas y también de más activos inmobiliarios. Asimismo, en el sector tienen claro que dedicarle grandes esfuerzos a activos que no son rentables y están impagados o sin valor no merece la pena. En primer lugar, por el coste que les supone iniciar los trámites para recuperar los mismos; y en segundo plano por el coste reputacional que eso tiene de cara a sus clientes. Por ello, prefieren desprenderse de sus peores activos y que sean los fondos, acostumbrados a ello, los que se encarguen de darle una nueva vida a lo que compren.

Aun así, las ventas de carteras que ha realizado la banca no son todo activos tóxicos sino que también incluyen negocios que, por la razón que sea, ya no quieren tener.

De cara a futuro, todavía queda trabajo por hacer. El citado informe indica que a diciembre de 2022 el stock de activos tóxicos que acumulaba la banca era de 63.669 millones de euros. Ahí se incluye a la Sareb, que atesora unos 26.500 millones, pero también a Caixabank ( 10.690 millones), Santander, (8.168 millones) y BBVA (6.787 millones), entre otros.

El informe espera que la banca ponga el «foco de atención este año en los ‘reperforming loans’, que ya han empezado a desaguarse este pasado 2022». Se trata de créditos que actualmente están repagándose, pero que en algún momento pasado estuvieron en morosidad. Fuentes financieras apuntan a que esta tendencia se debe a que el riesgo que quieren asumir es mínimo, con el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de España subidos a la espalda pidiendo prudencia.

Morosidad contenida

Todo sea por no facilitar que la morosidad general aumente. Según el último dato del Banco de España, la tasa de dudosos estaba en marzo en el 3,51% y bajando. Precisamente ha continuado descendiendo en los últimos tiempos en buena parte porque los bancos se han ido deshaciendo de sus peores activos.

Con todo, en las entidades se da por descontado un golpe en forma de repunte de morosidad, por la vía de las pymes, que son el segmento más vulnerable, y de las hipotecas y crédito al consumo en particulares. Lo que no saben es cómo será de intensa la ola y si generará algún daño.

Las entidades prefieren no asumir ningún riesgo, más aún con el BCE y el Banco de España pidiendo siempre prudencia

ECONOMÍA

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2023-06-05T07:00:00.0000000Z

2023-06-05T07:00:00.0000000Z

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