El inminente cambio político va a ser para mejor en la economía. Y no porque la economía esté mal, porque no es así –esta vez no ha sido la economía ¡estúpido!–, sino porque va a mejorar la percepción de cómo están las cosas lo que resulta igual de importante. El nivel de encabronamiento de una gran parte de la población es enorme. No tiene precedente. Y eso tiene consecuencias sobre la economía.

Solo la salida de escena del presidente Sánchez es en sí misma positiva. Es precisamente su figura la que suscita esa animadversión. Lo que ha hecho y cómo lo ha hecho. El fondo pero no solo, también las formas. Su arrogancia e inmoralidad. La arbitrariedad de sus decisiones, de la que nada ni nadie parecía estar a salvo. Por el mero hecho de que salga de nuestras vidas vamos a estar mucho más tranquilos lo que desde luego no es inocuo para la economía. Si su salida, además del fin del frentismo y la polarización que él ha encarnado a la perfección, supone la vuelta a la moderación política, mejor que mejor. Todo parece indicar que es por ahí por donde van los tiros. Feijóo encarna esas virtudes, que llegados a este punto son más necesarias que nunca. Moderación y talante para dejar atrás un periodo aciago, que en los últimos tiempos se ha deslizado por una pendiente de difícil vuelta atrás.

El impulso del cambio se va a reflejar en la economía. A falta de conocer las líneas maestras en materia económica de los que van a entrar, resulta razonable esperar que sus políticas vayan encaminadas a atraer inversión extranjera de la mano de un marco jurídico más estable y predecible. Como carta de presentación deberían deshacer todas la medidas económicas que se han adoptado a golpe de electoralismo. Los impuestos especiales –bancos, eléctricas, altos patrimonios– y la ley de Vivienda han provocado un notable deterioro de la seguridad jurídica en España.

Espero que aprovechen la situación tan propicia que van a tener para ir con propuestas que permitan recuperar el tiempo perdido. A nada que lo hagan solo un poco bien, tenemos por delante un periodo largo de crecimiento.