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Alcaraz y Djokovic, imparables en París

▶ Tumban a Musetti y Varillas con sus partidos más serios y contundentes

LAURA MARTA ENVIADA ESPECIAL A PARÍS

Pasan los rivales y se lo creen. Un poco. Un juego. Unos minutos. Quizá un set. Viven la experiencia efímera de poder doblegar a Novak Djokovic y a Carlos Alcaraz. Pero en realidad, es solo una ilusión. Son el serbio y el español quienes manejan esas esperanzas, las ofrecen, las esconden, las muestran un poco más, las anulan. Todo está en sus manos. Eso aprendieron ayer, resignados, Juan Pablo Varillas y Lorenzo Musetti. Que estaban en manos ajenas. Desde el principio hasta el final.

Se van animando tanto el serbio como el español. Parecen haberse pasado la primera semana calentando la muñeca. Al ralentí, con altibajos, con pequeños despistes que, sin embargo, tenían controlados. Porque, en el fondo, era solo la preparación para el torneo de verdad, que empieza ahora.

Están los dos en cuartos de final, hechos los deberes ante el peruano y el italiano respectivamente. Con un punto más de mordiente cada uno para mostrar también el colmillo. Porque jugaron contra Varillas y Musetti, pero mirándose por el rabillo del ojo. A un partido firme del serbio, una hora y 57 minutos, respondió el español con otro igual, dos horas y ocho minutos. Mismo resultado. Ya no hay tiempo de probatinas sino de marcar territorio.

Djokovic, que había sudado enrabietado contra el viento, la grada y Alejandro Davidovich en el partido anterior, se activó ayer con récord de por medio: es el que más veces ha alcanzado los cuartos de final en París, incluso por encima de un tal Rafael Nadal. En ausencia del balear, ha heredado los galones y, por supuesto, observa cada vez más cerca esa opción de elevarse por encima de lo real: ganar su Grand Slam número 23 con el que desharía el empate con el español y lideraría la lista masculina.

Varillas, primer peruano en esta ronda desde 1994 ( Jaim Yzaga), fue un juguete en sus manos, firmes y letales con esa derecha que envuelve al rival en una madeja y con ese revés con el que ejecuta ángulos inmanejables. Superior. «Lo he disfrutado mucho, ha sido mi mejor actuación. Estoy muy contento y con mucha motivación para continuar así», admitía el serbio, entre constatación y amenaza.

El serbio, que se medirá con Karen Khachanov en cuartos mañana, apela al descanso como parte de su rutina ganadora, ocho horas y media de sueño profundo cada jornada. «No me despierto en toda la noche», admitía antes de incluir en el menú «diez, quince o 30 minutos de ejercicios de meditación o de respiración», que le recargan la energía.

También Alcaraz ha trazado un calendario en el que prioriza el descanso por encima de los entrenamientos. No se le ha visto ejercitarse en los días de libranza, y solo un peloteo en las horas previas el mismo día del partido. «Hay que guardar energías», explicaba. Y da resultado. Paliza de las grandes a Musetti, que le había ganado la final de Hamburgo, pero que fue una marioneta ayer en París.

Dos toques de atención y el encuentro pasa del 0-2 al 5-2. Como Alcaraz quiso, cuando Alcaraz quiso. La amenaza del de Carrara, revés, juventud (21 años), talento, una victoria ante el español en la final de Hamburgo 2022, algunas burbujas de brillantez pero sin plan, quedó apagada con derecha, dejadas y seriedad. Los escalones exigen ya esta contundencia, pues espera mañana Stefanos Tsitsipas. «He estado a un gran nivel. Concentrado desde de la primera bola a la última. A cinco sets me siento muy bien, juego más calmado, más agresivo. Para ganarme los rivales tienen que tener una exigencia física, tenística y mental muy alta». Constatación y amenaza.

Carlos Alcaraz

«Estoy con confianza y los rivales deben tener una alta exigencia física, tenística y mental muy alta»

ABC 2

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2023-06-05T07:00:00.0000000Z

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