Kiosko y Más

Sara Sorribes, de pensar en el final por una lesión, a octavos en París

L. M. PARÍS

El año pasado para estas fechas, después de una gran temporada de tierra, una fisura en la costilla la dejó fuera de Roland Garros. En septiembre, en el torneo de Parma, se rompió el escafoides del pie derecho. Adiós al curso 2022 y hola a un proceso largo y tedioso de recuperación. Y de repente, Sara Sorribes (Castellón, 26 años) disputa hoy los octavos de final de Roland Garros 2023; el mejor resultado, por ahora, de su carrera en un Grand Slams.

En realidad, no, no ha sido de repente. Han sido, como se indica, muchísimas semanas de trabajo fuera de las pistas, ajena incluso al tenis y hasta con cierta aversión de ver partidos mientras ella no podía hacer otra cosa que esperar. Con su fisioterapeuta Blanca Bernal y su entrenadora Silvia Soler, la valenciana ganó paciencia y alguna que otra lección de lo que es la vida fuera del circuito que también ha aprendido a disfrutar.

Pero donde ella es feliz de verdad es en la pista. Y se nota en este Roland Garros en el que, situada en el ranking 132, juega hoy (11.00 horas) por una plaza en cuartos de final contra Beatriz Haddah Maia. Sin presión. Por disfrute. «No me voy a crear demasiadas ilusiones. Es cierto que el tenis te lleva a que te vayas muy lejos, pero yo me considero una hormiguita y voy a intentar llevarlo de esa manera, a mí me ayuda mucho», se expresaba la valenciana después de llorar por la emoción de saberse en octavos. Su rival, Elena Rybakina, se dio de baja antes de jugar. No, no es la mejor forma, pero las lesiones también es deporte. Bien lo sabe Sorribes.

Para recuperar el escafoides pasó por su momento más bajo. Desde septiembre hasta abril sin tenis, meses sin pisar una pista; dejar de sentirse tenista, pensar incluso en que este era el fin. De augurar unas semanas parada con una bota, a llevarla tres meses. Pero con su equipo, le devolvieron la ilusión, la llevaron a entrenar con la bota puesta solo para que recordara dónde era feliz. Era allí, con la raqueta en la mano. De septiembre a abril. Y de repente, octavos de Roland Garros. «Muy feliz de volver a competir y de seguir mi camino», admitía. También en cuartos en dobles por descalificación de la pareja rival por un bolazo que impactó en una recogepelotas. De repente no, de mucho trabajo, paciencia e ilusión. Filosofía Sara Sorribes.

DEPORTES

es-es

2023-06-05T07:00:00.0000000Z

2023-06-05T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/282398403807061

Vocento