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Invernaderos solares: las 10 claves que hacen de este modelo el más productivo y necesario para el futuro

Ubicados en Almería y la costa de Granada, surten de productos hortícolas al 60% de los mercados europeos y al 47% del mercado español

Pese a que la actividad de los invernaderos solares ha estado inmersa en una suerte de erróneas percepciones, en muchas ocasiones provocada por la presión de los mercados competidores, lo cierto es que la aportación de este modelo no solo es necesario, sino que es el más sostenible y productivo de cuantos existen en la actualidad y el más preparado para hacer frente a los retos demográficos y medioambientales del futuro.

1. Frutas y hortalizas frescas durante todo el año. La protección que ofrecen las cubiertas plásticas de los invernaderos, que preservan a los cultivos de las condiciones climatológicas adversas, posibilita que los consumidores tengan a su disposición frutas y hortalizas frescas durante todo el año, sin importar la época en la que nos encontremos.

2. Gran calidad. La mejora de las variedades vegetales es un proceso natural que nuestros antepasados han realizado durante miles de años guardando las semillas de las mejores plantas y cosechándolas al año siguiente. Hoy por hoy, las mejoras se enfocan también a potenciar sus propiedades organolépticas, nutricionales y saludables y de facilidad de consumo que acrecientan su valor. El resultado es una amplia gama de productos con más sabor y más calidad.

3. Calidad certificada. Los cultivos procedentes de los invernaderos solares cumplen con los más exigentes sistemas de certificación y normas de buenas prácticas, lo que garantiza la trazabilidad y calidad de los alimentos en todas las etapas de la producción, la sostenibilidad de la actividad y el cumplimento de buenas prácticas laborales en toda la cadena de valor.

4. Alternativa. El planeta entero se encuentra ante el importante reto de dar de comer a una población que va en aumento cada día, mientras menguan los recursos para producir el alimento (la tierra y el agua).el crecimiento pasa por obtener mayores rendimientos en los cultivos, algo que ocurre en los invernaderos, cuya producción se maximiza año tras año gracias a la mejora de semillas y el uso de la tecnología más avanzada.

5. Reducción de plaguicidas químicos. Los invernaderos solares del sur de Europa son líderes en el mundo en el uso del control biológico para mantener en niveles inocuos las plagas que amea los cultivos. Esta técnica, es mucho más respetuosa con el medio ambiente, ya que se minimiza el uso de plaguicidas químicos y en su lugar se fomenta la biodiversidad utilizando plantas “barrera” y huéspedes e insectos beneficiosos que actúan en el control de las plagas.

6. Uso racional del agua. El agua es un bien escaso y lo va a ser más debido al cambio climático, con periodos más prolongados de sequía o de lluvia torrenciales. Los cultivos de invernadero hacen un uso sostenible de los recursos hídricos mediante una agricultura de precisión gracias a las técnicas de enarenado, el riego por goteo, la fertirrigación, o la recolección del agua de lluvia.

7. Luz solar como única fuente de energía. Ni sistemas de calefacción artificial, ni de iluminación adicional.

La mayoría de los invernaderos solares se encuentran en zonas de Europa con muy alta insolación. Luz y agua son los dos elementos necesarios para el crecimiento de las plantas y, en esta zona, la luz

8. Reducción del calentamiento global. La concentración de invernaderos solares en el sur de España dedicados al cultivo de productos hortofrutícolas ha hecho que se produzca un efecto de enfriamiento en el clima de su entorno de casi un grado durante las tres últimas décadas debido a la reflexión de parte de la radiación solar en las cubiertas de plástico blanqueadas, lo que se conoce como efecto albedo; cuando la tendencia es completamente opuesta en cualquier otra parte del mundo.

9. Desperdicio cero. La agricultura de invernadero precisa las cubiertas de plásnazan tico no solo para proteger a las plantas de las inclemencias meteorológicas o de las plagas, sino también, para aprovechar los recursos de la luz, la temperatura y la humedad.

10. Motor de empleo. Después de la llegada de los invernaderos, la provincia de Almería pasó de ser un área despoblada y económicamente deprimida a un polo de atracción para la economía y para el aumento de la población. Gracias a este sector en constante crecimiento e innovación, en la actualidad pueden vivir de él más de 14.500 familias, se generan 45.000 empleos directos y más de 100.000 indirectos. Hoy en día, la agricultura bajo invernadero, la manipulación y comercialización de hortalizas, y la industria auxiliar de la agricultura, representan casi el 40% del PIB de la región.

CONSUMIDORES

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2021-07-01T07:00:00.0000000Z

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https://lectura.kioskoymas.com/article/281934545934139

La Voz de Almeria