La competencia marroquí se ha convertido en un asunto de dimensión europea, al menos en la implicación tanto de las organizaciones sectoriales como de las inquietudes de los europarlamentarios españoles, con independencia de su ubicación en el hemiciclo.

En buena medida, esta realidad supone una extensión de las posturas y reclamaciones recurrentes del sector hortofrutícola español, y especialmente el almeriense, a través de la representación de los productores y de las empresas comercializadoras.

Naturalmente, no es la primera vez que se habla en Europa de competencia desleal de Marruecos y de ineficiencia y obsolescencia del Acuerdo entre la UE y el país magrebí. Pero ahora, algunas cuestiones han cambiado radicalmente. Por un lado, la modificación del escenario de referencia, tras el Brexit y, de otro, la “injerencia” de las producciones marroquíes en diversos productos, como la sandía y el aguacate.

La experiencia vivida con la judía parece planear ahora sobre el tomate. Pero, desde distintos ámbitos de la producción hortofrutícola europea se cree divisar una situación similar. Es concreto, la desestabilización de los mercados como consecuencia de la volatilidad de los precios, la modificación forzada de los ciclos de cultivo y, por último, la pérdida de rentabilidad para el agricultor y para la empresa comercializadora.

Todo este horizonte se ha complicado con las expectativas que han el Pacto Verde Europeo y la Estrategia Farm to fork, que sitúan al sector agrario europeo en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático, lo cual se traducirá en mayor o menos grado, en costes adicionales y restricciones. Es decir, en un peligroso crecimiento de la innegable desventaja competitiva que actualmente existe entre ambas orillas del Mediterráneo, a favor de la africana.

Y, para completar el escenario, la incorporación de las producciones de tomate en el Sahara no ha hecho sino derramar gasolina sobre la hoguera del desencuentro y del malestar en el sector hortofrutícola europeo.

Si hasta ahora, las razones geopolíticas y diplomáticas condicionaba la laxitud en la aplicación del Acuerdo entre Marruecos y la UE, ahora se puede empezar de un desencuentro interno entre el sector y las instituciones europeas, con llamadas de atención

Coincidencia en la necesidad de fijar los parámetros del Acuerdo a raíz del Brexit

a las autoridades de cada uno de los Estados Miembros.

COPA-COGECA COPA-COGECA ha puesto sobre la mesa una batería de objeciones y reclamaciones que recogen buena parte de los planteamientos expresados por las organizaciones agrarias españolas y por las asociaciones empresariales. Destaca por su importancia el hecho de que nunca se hayan aplicado, las cláusulas de salvaguardia del Acuerdo entre Marruecos y la Unión europea que regula la situación preferente de las importaciones marroquíes. Unas clausulas que deberían haber operado a raíz de la evolución imparable de los volúmenes importados de to

El sector europeo exige un control riguroso de la llegada de tomate del Sáhara a la UE

mate marroquí, unida a una fluctuación a la baja de los precios medios, algo que se refleja con toda claridad en el seguimiento minucioso del que es objeto este producto, al igual que las demás frutas y hortalizas.

COPA-COGECA señala que ha alcanzado las 500.000 toneladas, que sería el doble del contingente contemplado en el acuerdo. También recoge observaciones sobre la indiferenciación de las tipologías de tomate y la crítica abierta a la entrada en Europa de las producciones del Sáhara Occidental “que se venden con el etiquetado marroquí provocan una pérdida de trazabilidad y engañan a los consumidores europeos, lo que supone un incumplimiento del acuerdo, según la sentencia del Tribunal Europeo en el asunto C-104/16, que no formaban parte del Acuerdo”.

La carta de Pesonen El secretario general del COPACOGECA, Pekka Pesonen, ha enviado una carta al comisario de Comercio de la UE Valdis Dombrovskis poniendo de manifiesto toda esta situación. Pesonen ha manifestado al respecto que "no consideramos que el acuerdo comercial sea un acuerdo actualizado. La situación sobre el terreno está empeorando rápidamente, por lo que la Comisión debe reaccionar con rapidez. Por eso, pedimos a la administración, que haga una evaluación exhaustiva del impacto del aumento de los volúmenes de frutas y hortalizas importadas, en deterioro de la situación económica en las zonas rurales europeas y de los ingresos de los agricultores”.

EUCOFEL En una línea muy similar se han expresado Fruitvegetableseurope (EUCOFEL), AOPN Tomate de France, FEPEX y DPA. En este caso, los destinatarios de las reclamaciones compartidas se han dirigido a la presidenta de la Comisión Europea Ursula Von der Leyen y a los comisarios de Comercio de Salud y Consumo y de Agricultura (Valdis Dombrovskis Stella Kyriakides y Janusz Wojciechowski respectivamente) para expresar su profunda preocupación por el impacto perjudicial del Acuerdo Ue-marruecos en el mercado del tomate de la UE. Como explican en una comunicación conjunta de las entidades que se suman a estas reclamaciones, “desde hace varios años, EUCOFEL y sus miembros vienen expresando el impacto devastador del Acuerdo Ue-marruecos en el mercado del tomate de la UE, debido al incumplimiento y la no aplicación de las medidas previstas en el Acuerdo. aunque los planteamientos de estas entidades coinciden ampliamente por las reclamaciones expresadas por COPA-COGECA, hay algunas diferencias relevantes. Por ejemplo, EUCOFEL propone “Celebrar consultas con las autoridades marroquíes para garantizar que se alcancen los objetivos previstos en el Protocolo”. Además, incorpora una sugerencia para abordar el problema de la llegada a Europa de producciones saharianas “confundidas” con las de Marruecos. en concreto, la entidad sectorial europea plantea “Monitorear las importaciones de Tomate del Sahara Occidental mediante análisis de isótopos y solicitar un etiquetado especial para evitar el fraude de origen”.