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AMPARO CUEVAS: UNA VIDA SECRETA

Luz Amparo Cuevas Arteseros nació en el seno de una familia humilde, en un caserío llamado el Pesebre de Peñascosa, en Albacete, el 13 de marzo de 1931. Su infancia no fue fácil. Pasó su niñez entre orfanatos y casas de familiares, hasta instalarse en Madrid. A los veintiséis años, se casó con Nicasio Barderas. Fruto de su matrimonio, tuvo siete hijos, uno de ellos, Jacinto Jesús, falleció por culpa de una sobredosis de heroína en 1996. Su vida siempre estuvo marcada por enfermedades. No en vano, en 1970, tuvo la primera visión celestial… tras una operación quirúrgica. En la misma se le apareció un hombre con barba, tez morena y ojos verdes. Visiones que se repitieron tres años más tarde, durante una peregrinación a Lourdes en la que, supuestamente, sanó milagrosamente de varias dolencias. Instalados en la localidad madrileña de El Escorial, Amparo y su marido llevaron una vida sencilla. Nicasio labraba un huerto y trabajaba como portero en el número 7 de la calle Santa Rosa, el mismo inmueble donde Amparo trabajaba como asistenta en casa de la familia Martínez. Poco más se sabe, ya que, desde que comenzaran las apariciones marianas y las autoridades eclesiásticas le recomendaran prudencia –en 1985–, su biografía estuvo marcada por el más absoluto secretismo.

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2017-07-13T07:00:00.0000000Z

2017-07-13T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281990377565470

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