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UN FENÓMENO ANTIGUO

Acabo de llegar de San Sebastián de Garabandal, y siempre lo hago con la misma sensación: incomprensión. En 1961 la Virgen se apareció supuestamente a cuatro niñas de entre 10 y 12 años de edad. Sería muy largo de contar todo lo que ocurrió, pero baste decir que lo primero que vieron fue una esfera de luz, y que a partir de ahí los fenómenos sin explicación que se empezaron a producir, desde mi punto de vista, están fuera de toda duda: titanismo, levitaciones, trances increíbles… Todo esto y el propio paso del tiempo han convertido a Garabandal en el tercer lugar mariano más importante del mundo, después de Fátima y Lourdes, siempre en lo que a repercusión internacional se refiere, pese a que en España apenas sea conocido. Algo ocurrió allí, en plena montaña cántabra… algo que nada tiene que ver con una aparición mariana; es más antiguo. En 1961 únicamente se hizo lo que dicta la «razón»: adaptar a las creencias de aquel tiempo lo que estaba sucediendo.

Detrás de Garabandal se encuentra Peña Sagra, una montaña que como su nombre dice ya era sagrada para los clanes de los sietes valles que habitaron la región hace cientos de años. Y mucho más atrás, hace tres mil años, el hombre del pasado percibió que éste no era un enclave normal y levantó conjuntos megalíticos y menhires que parecen estar alineados con la cumbre que hay detrás. Y el arte rupestre ya habla de lo que el chamán «veía» en esta tierra; seguramente difiera poco de lo que se observó en 1961 y de lo que se ha visto después sobrevolando estas sierras. Porque los testigos –y hay unos cuantos– hablan de burbujas de luz que salen de la piedra y recorren los valles, despacio, ajenas a quienes ahora interpretan el fenómeno desde el punto de vista ufológico; un fenómeno real con diferentes nombres y una misma intencionalidad: cambiar la vida de quien lo observa…

Sumario

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2017-07-13T07:00:00.0000000Z

2017-07-13T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/283201558342942

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