La huelga convocada ayer por los sindicatos de CaixaBank, como forma de presionar a la entidad para rebajar el número de despidos forzosos y mejorar las condiciones de las salidas voluntarias, dio sus resultados. El seguimiento masivo del paro convocado para todo el día y que se saldó a nivel nacional con el cierre del 70% de las oficinas y del 80% en Canarias por la falta de personal, llevó a la empresa a proponer en la mesa de negociación una reducción de los despidos en 450 personas, hasta los 6.950, frente a las 8.291 anunciadas inicialmente. Además mejoró las condiciones económicas para los empleados que salgan de la entidad. Por ahora no ha trascendido como afectará esa reducción de los afectados por regiones

La reunión de ayer volvió a terminar sin acuerdo y no se descartan nuevas movilizaciones dado el alto seguimiento de la huelga de ayer, sobre todo en territorios como Canarias, donde la actividad cayó un 90%.

Especialmente elevado fue el seguimiento en la provincia de Las Palmas, sobre la que recae el gran peso del ERE: con 50 oficinas a cerrar y el despido de 305 personas. En esta provincia, territorio natural de Bankia (la entidad absorbida por CaixaBank y que en su origen era La Caja de

Canarias y la más castigada por el ajuste) el seguimiento ha sido masivo y muy próximo al 100%. Fuentes cercanas apuntan que abrieron solo tres oficinas. En la provincia de Santa Cruz de Tenerife (territorio natural de CaixaBank, antes Cajacanarias), donde se prevén cerrar solo 10 oficinas y despedir a 19 personas. A nivel nacional, han cerrado el 70% de las oficinas. Además de parar los trabajadores se concentraron ayer hoy de 10 a 12 horas ante las sedes centrales de la entidad en Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife.

Como se ha señalado anteriormente, la dirección del banco ha rebajado en la mesa hasta 6.950 las salidas previstas tras la fusión con Bankia, lo que supone un 16% menos que las planteadas en un principio, a la vez que ha mantenido en 686 la cifra de recolocaciones en empresas filiales, que se harían manteniendo el salario fijo y la antigüedad.

La entidad, además, ha mejorado las condiciones de las compensaciones para los empleados que causen baja a partir de los 52 años, con un aumento de un punto porcentual de la indemnización que recibirían por la extinción de su contrato, según informa Efe.

En el caso de los trabajadores de 56 a 63 años que se acojan al Expediente de Regulación de Empleo

(ERE), la empresa eleva el porcentaje de la indemnización del 56 al 57 %, que cobrarían en forma de pago fraccionado hasta cumplir los 63 años.

Se mantiene la opción planteada la pasada semana de permitir elegir entre dos opciones: cobro fraccionado del 57 % del salario fijo y mantenimiento del 60 % de las aportaciones de ahorro al plan de pensiones, o cobro de renta mensual del 57 % del salario total (incluyendo el variable), pero sin aportaciones de ahorro al plan de pensiones por parte de la entidad. En cualquiera de las dos opciones, la entidad abonaría también el convenio con la Seguridad Social hasta que el empleado cumpliera los 63 años.

Para los trabajadores de 54 y 55 años, que también se podrían prejubilar, el pago fraccionado ascendería al 55 % de su salario fijo hasta cumplir 61 o 62 años.

Además, CaixaBank extiende a este colectivo la posibilidad planteada al grupo de edad anterior de elegir entre el pago fraccionado de una base salarial correspondiente a la remuneración fija y mantenimiento del 60 % de aportaciones de ahorro al plan de pensiones o disponer de un pago fraccionado de base mayor (remuneración total, incluyendo el variable), pero sin nuevas aportaciones de la entidad al plan de pensiones.

Solo tres oficinas abrieron ayer en la provincia de Las Palmas al secundarse el paro de forma masiva