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Atmósfera de conjura en La Roja

Sin margen de error, España se prepara para comenzar hoy una nueva andadura en la Euro con una victoria y un buen juego ante Eslovaquia

JON AGIRIANO

Lo que en todos los pronósticos previos a la Euro se perfilaba como un partido de trámite en el que Luis Enrique aprovecharía para dar minutos a los menos habituales, se ha convertido en una cita a vida o muerte, lo que los brasileños llaman un ‘mata mata’. Quién iba a decir que Eslovaquia se interpondría en el camino de España como uno de esos peligros mortales de los que se debe alertar con el cartel de una calavera. Pero esto es lo que hay. La propia selección se ha condenado a sí misma con dos decepcionantes empates y ahora le toca enmendar sus errores.

A la Roja sólo le vale ganar. Está obligada a sumar esos tres puntos que le asegurarían la clasificación para octavos y a ilusionarla de nuevo a su afición. Esto último tiene un gran valor porque alrededor de la selección española, aparte de la sensación de peligro, empieza a crecer un ambiente tóxico que podría ser asfixiante. Lo fue en el Mundial de Rusia, sin ir más lejos. Aunque una gran victoria ante Eslovaquia no sería la panacea, sin duda haría renacer las esperanzas. España, en fin, necesita reivindicarse de forma inmediata.

Desde que comenzó la Euro solo ha acumulado críticas y disgustos, incluso desprecios. El último se lo ha dedicado Van de Vaart, un caso muy peculiar de tipo atrabiliario y metepatas, el típico que felicita a una amiga por su embarazo cuando resulta que solo ha engordado un poco.

Por lo visto y escuchado, en la Roja se está creando una atmósfera de conjura. Los internacionales españoles han cerrado filas y se animan con los puños apretados, dispuestos a callar muchas bocas. Se sienten injustamente tratados y algo de razón no les falta. Las críticas han sido feroces. Pesan en ellas, sin duda, la arisca personalidad de Luis Enrique y la indignación del madridismo más hiperventilado ante la ausencia de sus jugadores. Y aunque las críticas forman parte del paisaje español tanto como el toro de Osborne, han dolido mucho a un grupo joven.

Es cierto que el equipo de Luis Enrique ha demostrado debilidades evidentes y ha cosechado dos malos resultados, pero su fútbol no sólo dista mucho de haber sido un desastre merecedor de todo tipo de caricaturas sino que está sustentado en conceptos muy válidos y sugerentes. Otra cosa es la falta de contundencia, un mal de tratamiento muy complejo. Sea como fuere, la Roja puede resurgir.

Otra vez el césped

Un buen partido hoy en La Cartuja, donde el césped volverá a estar bajo sospecha, sería fundamental. Supondría un refuerzo mayúsculo para un grupo que, si consigue recobrar la confianza y disfrutar de un estado de ánimo propicio, puede competir contra cualquiera, incluidas algunas selecciones que, hoy por hoy, parecen inalcanzables.

La cuestión, por tanto, es dar hoy un golpe de efecto, El técnico asturiano hizo ayer pruebas hasta con seis nuevos futbolista en el once. Aunque sería extraño que al final fuesen tantas los cambios porque esa revolución equivaldría a asumir un grave error en los dos primeros partidos, seguro que se producen retoques. Volverá Busquets, quizá Gayá refresque el lateral izquierdo, Sarabia puede tener opciones en lugar de Olmo... Son variantes razonables. Lo peor que le podría pasar a España ante la voluntariosa Eslovaquia es tener la sensación de que se encuentra metida en un círculo vicioso.

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2021-06-23T07:00:00.0000000Z

2021-06-23T07:00:00.0000000Z

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