Su rendimiento no fue el más deseado, pero la UD esperará a Jesé Rodríguez hasta el final. El tiempo juega a favor de los amarillos, pues a medida que pasan los días el delantero pierde oportunidades. Aun así, el atacante no se cierra en banda y a su entorno no esconde el deseo de querer jugar en el extranjero en una categoría superior a Segunda División. Tendrán una difícil tarea Ramírez,

Helguera y Tino Luis, pues persuadir nuevamente al ex del Paris Saint Germain no está a la altura de cualquiera.

Su llegada a la Unión Deportiva se produjo tras rescindir con el club parisino. Fue el fichaje estrella en la categoría de plata del fútbol español en el mercado invernal, pero había un problema: su estado de forma. Lo avisó en la presentación, exhibiendo cierta madurez. Necesitaría unas tres o cuatro semanas para estar en condiciones de lo que significa el escudo y la camiseta amarilla. Sumó sus primeros minutos contra el Cartagena, en la victoria por 2-0 en casa. Luego, en la dolorosa derrota contra el Castellón por 4-0, encadenó más minutos, 31. La siguiente jornada, ante el Rayo Vallecano, estrenó titularidad y aguantó todo el partido. Ante el Fuenlabrada, otros 82 minutos. Luego, volvió a jugar todo el encuentro frente al Girona.

Pepe Mel, siempre que pudo, lo alineó porque era consciente de que con Jesé en el campo, si recuperaba el 70% de su mejor versión, Las Palmas podía engancharse a la zona de promoción de ascenso. No fue así, el atacante anotó solo dos goles. Exhibió más compromiso y garra que virtudes. En la retina también queda una roja directa que vio en el Carlos Tartiere ante el Real Oviedo, en el 66, por una entrada por detrás a destiempo a un rival. Y, aunque

sus números son claramente mejorables y quedan lejos de todo lo que puede ofrecer realmente Jesé Rodríguez, en la zona noble del Gran Canaria esperarán por el artillero. Un proyecto ambicioso solo se entiende reteniendo al jugador que un día amagó con ser el nuevo Cristiano Ronaldo y al que solo una lesión de rodilla y malas decisiones le impidieron volar.

Ahora, y luego de coger nuevamente la forma y volver a sentirse futbolista, Jesé estaría explorando vías para jugar en el extranjero, en una liga de superior nivel a la Segunda División española. Su caché todavía es alto, pero en el club insular tienen fe en convencerle, aunque sea para un año más. Una temporada para asaltar los cielos y lograr el ascenso a Primera. Para eso vendrá Jonathan Viera en el mercado invernal. Y no hay mejor tributo para el aficionado grancanario que juntar al propio mago de La Feria con Jesé y el Chino Araujo. Casi nada. Pues en esas están en la dirección deportiva, con Luis Helguera, director deportivo, Tino Luis Cabrera, secretario técnico, y, cómo no, Miguel Ángel Ramírez, presidente y mandamás del club.

A favor, la buena relación entre Ramírez y el propio Jesé, así como la del futbolista con el entrenador, Pepe Mel, que continuará otra campaña más a los mandos del banquillo de la Unión Deportiva. El delantero, en su día, agradeció al madrileño en redes sociales todo lo que le había «ayudado». Y, ahora, podría ser Rodríguez el que devuelva ese favor tanto el preparador como al gestor del club. El verano será largo, las negociaciones complicadas y el deseo de todos es que Jesé lleve a la UD en volandas a la élite.