El investigado estuvo bebiendo alcohol y drogándose desde el viernes por la tarde en su domicilio de Jinámar en el que vivía junto a su pareja y el bebé de un mes de edad. Kilian A. R. empezó «la fiesta», como así calificaron testigos presenciales a este periódico, desde bien temprano y le insistía constantemente a su novia para que lo acompañase, a lo que esta se negaba ya que estaba cuidando del niño. Con el paso de las horas cada vez se encontraba más perjudicado y lo que al principio era una petición, se convirtió en una exigencia para que la víctima también bebiera con él. Ya de madrugada, pasadas las cuatro, el presunto agresor se puso muy violento y fue a la habitación donde estaba su novia y la agarró por los pelos arrastrándola hasta el salón. Allí siguió insultándola y amenazándola hasta que cogió al niño que dormía y lo asomó al balcón bajo la amenaza de lanzarlo. La madre pudo hacerse con el bebé y corrió para ponerse a salvo a la casa de la madrina de la criatura que vivía en el cuarto piso.