Las devastadoras inundaciones que azotaron Alemania a mediados de julio han dejado ya un saldo de 180 muertos, según informó ayer el Gobierno. Se teme que la cifra continuará subiendo en los próximos días ya que unas 70 personas siguen desaparecidas después de que torrentes de agua arrasaran ciudades y pueblos enteros en los Estados de Renania Palatinado y Renania del Norte-Westfalia, destruyendo puentes, carreteras, vías férreas y viviendas.

El abultado número de fallecidos dado a conocer por las autoridades coincidió con el anuncio del ministro del Interior, Horst Seehofer, de que Alemania emitirá en el futuro alertas por teléfono móvil para informar a los ciudadanos de peligros inminentes. La medida se adopta después de que las tormentas, la mayores en 60 años, hicieran replantearse los sistemas de aviso.

«No todo el mundo se ha mostrado entusiasmado con la idea en los últimos meses. Pero vamos a hacerlo. No hay ningún argumento razonable en contra», dijo Seehofer en el Parlamento. La semana pasada, la portavoz del Ejecutivo, Martina Fietz, declaró que el sistema de alerta meteorológica y la ‘app’ Nina habían «funcionado», pero admitió que «tenemos que hacer más y mejor».

Seehofer envió ayer también un mensaje claro a líderes que como Armin Laschet, aspirante conservador a suceder a Angela Merkel en la Cancillería y presidente de Renania del NorteWestfalia,

son duramente criticados por la gestión de la tragedia. Al respecto, recordó que la respuesta a los desastres naturales es «responsabilidad» de los Estados federados y las autoridades locales de las zonas afectadas.

Paralelamente, las lluvias torrenciales que han azotado el oeste de India en los últimos días han causado ya 164 muertos y más de un centenar de desaparecidos, según el último balance dado a conocer ayer. Las labores de búsqueda han sido ya canceladas en varias zonas ante la escasa posibilidad de hallar supervivientes.