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LA ATOPÍA COMO FACTOR DE RIESGO DE ASMA

Llamamos atopía a la alergia mediada por la inmunoglobulina E y, posiblemente, es el principal factor de riesgo para que un preescolar con sibilancias recurrentes siga teniendo síntomas en la edad escolar, en la adolescencia y al llegar a la adultez. Asma y atopía tienen una base genética y están muy relacionadas entre sí, por lo que es frecuente que concurran en una misma persona. De hecho, el 80% de los asmáticos en edad escolar son atópicos.

En un preescolar con sibilancias recurrentes, los antecedentes de asma atópica en los padres, sobre todo en la madre, o los antecedentes personales de dermatitis atópica —es decir, una piel seca con eccema que pica mucho—, de alergia o de sensibilización a alimentos o a los aeroalérgenos que respiramos, tales como pólenes o ácaros del polvo, nos ayudarán a establecer el diagnóstico del asma. De hecho, sabemos que un preescolar con este perfil tiene una probabilidad del 77% de padecer asma atópica en la edad escolar, es decir, entre los seis y los trece años. Este mismo preescolar, pero sin antecedentes familiares o personales de atopía, tendrá una probabilidad de tener asma atópica a esa edad del 32%.

Desde el punto de vista del pronóstico, la alergia permite identificar a una temprana edad quién tiene riesgo de desarrollar otras enfermedades alérgicas, como el asma, en el futuro. Por ejemplo, los lactantes sensibilizados a la clara de huevo o a la leche de vaca tienen muchas posibilidades de desarrollar una sensibilización a los aeroalérgenos, así como síntomas de rinoconjuntivitis y de asma entre los siete y los diez años de edad.

No obstante, más allá de la atopía, hay otros factores de riesgo de tener asma que van a persistir en la edad adulta:

La edad de inicio de los episodios. Si los episodios se inician después de los dos años de edad, es más probable que, al llegar a la edad escolar, al niño se le diagnostique asma. No obstante, en los menores de tres años, la cohorte SLAM no identifica una edad como punto de corte a partir de la cual aumente la incidencia del asma.

La gravedad inicial de los síntomas también es un factor de riesgo de persistencia del asma en el adulto.

La recurrencia de los episodios. En algunos estudios, se ha demostrado que, durante los primeros tres años de vida, los episodios de asma eran 2,62 veces más frecuentes en los niños a los que se les había diagnosticado asma activa a los seis años que en aquellos que no fueron asmáticos.

Los antecedentes de asma atópica o la alergia o sensibilización a alimentos, alérgenos o ácaros de polvo, ayudan a establecer el diagnóstico del asma

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2015-05-28T07:00:00.0000000Z

2015-05-28T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281724088150417

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