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El asma en los centros de enseñanza

Manuel Praena

La alta prevalencia del asma entre niños y adolescentes obliga a que colegios e institutos estén preparados para dar respuesta a los síntomas y las posibles crisis.

El asma es la enfermedad más frecuente en la infancia y adolescencia. En España la prevalencia de asma estimada para escolares mayores de seis años de edad es de un 10%, según datos del estudio ISAAC (The International Study of Asthma and Allergies in Childhood). Sin embargo, los menores de tres años tienen una prevalencia de síntomas respiratorios parecidos al asma aún mayor: hasta un 30% de los niños de esta edad presenta tos y sibilancias, acompañadas o no de dificultad respiratoria. Es muy controvertido hablar de asma en estas edades; sin embargo, las medidas preventivas y de tratamiento son muy parecidas a las de los niños de mayor edad con diagnóstico firme de asma. Por todo ello, el asma y las enfermedades respiratorias de la primera infancia representan un problema de primera magnitud al que hay que dar respuesta desde nuestra sociedad y, cómo no, desde los centros escolares al que asisten los niños desde edades muy tempranas.

El abordaje del asma en los centros educativos difiere en función de las edades de los niños: los de mayor edad, por ejemplo, pueden colaborar administrándose el tratamiento, pero los más pequeños dependen siempre de la buena voluntad y participación en los cuidados por parte del profesorado.

En todos los casos, no obstante, debe fomentarse una buena comunicación entre los profesionales sanitarios, la familia y el profesorado. Es conveniente que, desde el inicio del curso, la familia lleve a la escuela información por escrito del médico con los siguientes datos:

Síntomas que sugieren que se está iniciando una crisis. Cada niño tiene sus propios síntomas pero, por citar los más frecuentes, se puede sospechar que podría estar iniciándose una crisis si se presenta tos repetitiva, sensación de opresión en el pecho, sensación de falta de aire o sequedad de la boca.

Alérgenos a los que el niño está sensibilizado. En caso de alergias a pólenes, también se informará de las fechas aproximadas en las que hay mayor concentración de estos con el objeto de evitar actividades al aire libre.

Plan de acción en caso de síntomas con la medicación a administrar. Es deseable que se especifiquen, al menos, dos intensidades de tratamiento según la gravedad de los síntomas. Un ejemplo podría ser el siguiente:

Tos: Salbutamol 2 pulsaciones del dispositivo con cámara de inhalación.

Dificultad para respirar: Salbutamol 4 pulsaciones que pueden volverse a administrar en cinco minutos, en caso de escasa respuesta.

Teléfonos de la familia para avisar en caso de que haya escasa respuesta a la medicación, así como del servicio de urgencias de referencia o de su pediatra.

En aras de una buena colaboración, conviene fomentar una buena comunicación entre todas las partes implicadas, integrando las necesidades del estudiante, las preocupaciones de la familia, la información del médico y las inquietudes del profesor o profesora respecto a la utilización de una medicación que desconoce. Un intercambio de información con el profesorado proporcionará un entorno más seguro y, al mismo tiempo, permitirá obtener datos útiles del profesorado para el médico, quien ajustará mejor el tratamiento. Hay que tener en cuenta que, a veces, los síntomas del asma se presentan durante el ejercicio que los niños realizan en clase de educación física y esta información por parte del profesorado es fundamental.

En caso de que los síntomas sean recientes, también es conveniente, sobre todo en niños pequeños, que los padres comenten con los tutores la situación y les recuerden por escrito la información de la que ya dispone el colegio para que los docentes sepan cómo deben actuar y facilitar, así, los dispositivos del tratamiento.

Aunque la familia es la que proporciona la información a la escuela y al médico, es conveniente que los centros escolares establezcan una serie de medidas para asegurar el bienestar y la seguridad de su alumnado. El Grupo de Educación y Salud en Asma, una iniciativa nacida en Sevilla de la que forman parte profesionales del ámbito de la enseñanza universitaria y representantes de la administración sanitaria y educativa, ha diseñado el programa “Asma, Deporte y Salud”, en el que la escuela participa con una serie de acciones encaminadas a tener una escuela más segura para los estudiantes con asma que incluye la formación del profesorado, que a su vez imparte la formación a su alumnado y, al mismo tiempo, aprende a actuar en caso de aparición de síntomas.

Por otro lado, países con una gran prevalencia del asma, como Reino Unido, Australia o Nueva Zelanda, han acuñado el término Escuela Amiga del Asma. En nuestro país no tenemos esta iniciativa, pero sería interesante plantear su consecución como estrategia. Para ser considerada Escuela Amiga del Asma, una escuela debe asegurar que se consiguen los siguientes objetivos:

1. Planificar políticas de salud adecuadas entorno al asma. 2. Promover un entorno de conocimientos sobre asma que estimule y apoye a los alumnos asmáticos. 3. Crear un ambiente favorable disminuyendo los alérgenos. 4. Disponer siempre de personal entrenado en primeros auxilios en asma. 5. Contar con un número adecuado de kits de primeros auxilios en asma.

En el decálogo de las escuelas saludables están bien detalladas las condiciones que debería reunir una escuela para proporcionar un ambiente seguro para las personas que padecen asma.

No obstante, todas estas iniciativas y sugerencias pueden llegar a ser papel mojado si no se integran en un marco legislativo que facilite su implantación. Desde nuestra posición, proponemos que el legislador tenga en cuenta la importancia de la atención al asma y las enfermedades respiratorias por su alta prevalencia y proponga unas directrices a cumplir en las escuelas para que el medio escolar sea más seguro en las actuales circunstancias, incluyendo, por ejemplo, una normativa medioambiental en relación al tráfico que regule tanto los niveles de contaminación como la distancia mínima recomendable respecto a los centros escolares de autovías y carreteras con una alta densidad de tráfico.

Conviene fomentar una buena comunicación entre todas las partes implicadas, integrando la información, necesidades e inquietudes de alumnos, familias, médicos y profesores

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2015-05-28T07:00:00.0000000Z

2015-05-28T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281861527103889

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