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“Los expertos no esperan una erupción del Teide a corto plazo”

TEXTO: LETICIA DÍAZ FOTO: DA

Los científicos coinciden en que en la primavera de 2004, una serie de seísmos, algunos incluso percibidos por la población del norte de Tenerife, evidenciaron un cambio en la actividad volcánica del Teide. Por aquel entonces, junto al interés institucional, nacía de forma paralela una agrupación de amantes de la vulcanología que buscaba comprender las señales del gigante dormido. Un afán de conocimiento convertido a día de hoy en la Asociación Volcanes de Canarias. Su presidente, Víctor Melo, explica en una entrevista concedida a DIARIO DE AVISOS la gran importancia de una divulgación sana sin alarmas en un territorio “volcánicamente” activo.

-¿Con qué finalidad nace la Asociación Volcanes de Canarias?

“Un grupo de ciudadanos, ante la ausencia de información oficial en 2004, creamos un tema específico dentro de un foro de debate perteneciente al portal Todogeologia.com. Nuestro objetivo fue ir recabando y centralizando la información. A partir de entonces, comenzamos colaboraciones con distintos grupos científicos para formarnos e incrementamos nuestro compromiso en 2011 constituyéndonos como asociación nacional”.

-¿Qué tipo de entidad es y cuántas personas la integran?

“Es una asociación totalmente independiente, sin ánimo de lucro, de ámbito nacional y registrada en el Ministerio del Interior del Gobierno de España. Estamos regulados por unos estatutos que reflejan nuestro compromiso para crear iniciativas informativas, divulgativas y formativas que ayuden a la sociedad a comprender el riesgo volcánico. Aunque nos centramos en el volcánico, también estamos atentos a otros riesgos naturales que puedan afectarnos. Nuestros voluntarios dedican su tiempo libre y trabajan altruistamente para lograr esas metas. En la actualidad, contamos con una treintena de personas entre socios y colaboradores estables. Al ser una entidad ciudadana tenemos todo tipo de perfiles profesionales de la sociedad: geógrafos, profesores, diseñadores, científicos expertos en ciencias de la Tierra, psicólogos o expertos en rescate, así como ciudadanos de otros ámbitos laborales interesados en la volcanología y otros fenómenos naturales. En realidad es una asociación abierta, donde lo principal es el compromiso social y el interés por la naturaleza y sus manifestaciones”.

-Hace un par de semanas se registró un nuevo enjambre sísmico de baja magnitud en el entorno del Teide. ¿Qué nos puede contar al respecto?

“Nuestra referencia son los datos que ofrece el organismo responsable de la Vigilancia Volcánica, el Instituto Geográfico Nacional (IGN). Desde 2004, momento en el que se produjo un cambio importante en la dinámica observada, las variaciones en la actividad sísmica se vienen sucediendo periódicamente y este, al que hace referencia, es otro episodio más. Cualquier persona puede comprobarlo en el catálogo sísmico del IGN. Para explicar su causa debemos entender que el Teide y Pico Viejo forman parte de un sistema volcánico activo. Debajo de ellos hay una o varias cámaras magmáticas y acuíferos que interactúan. Esta interacción transmite presión y tensión en los materiales que las rodean, que en muchos casos liberan la energía en forma de terremotos, enjambres sísmicos y fumarolas”.

-Entiendo que también colabora con diferentes instituciones.

“Desde 2004 colaboramos de manera habitual con muchas instituciones públicas, tanto científicas como gubernamentales. Gracias a la colaboración desinteresada de científicos del IGN, el CSIC o las universidades canarias, hemos podido organizar innumerables actividades formativas en volcanología que nos han ido preparando para desempeñar mejor nuestra labor. Estamos muy agradecidos con ellos, ya que siempre están dispuestos para ayudarnos a interpretar mejor los fenómenos volcánicos. También tenemos colaboradores internacionales en territorios volcánicos activos como Islandia, Italia, México o

Estados Unidos que nos apoyan para seguir aprendiendo de otros volcanes”.

-Volviendo al tercer volcán más alto del mundo, ¿qué ocurrió exactamente en el año 2004?

“De acuerdo a diversas publicaciones científicas, se observa una reactivación en el Teide y su entorno a partir de abril de 2004. Este proceso hizo reaccionar a las autoridades al evidenciarse que no había un plan específico para atender una emergencia volcánica. Fue una toma de conciencia gubernamental que sentó las bases de la vigilancia volcánica en Canarias. En verano de 2004, mediante el Real Decreto 1476/2004 de 18 de junio, el Gobierno de España otorgó al IGN la responsabilidad de la vigilancia volcánica. A partir de ahí, comienza a mejorarse la red de vigilancia volcánica y a nivel regional se empieza a gestar el plan de emergencia del Pevolca. Podemos decir, sin dudarlo, que gracias a ese aviso que dio el Teide nos hemos puesto las pilas, volcánicamente hablando”.

-Como decía, se han registrado varios episodios de seísmos en diferentes vertientes de Las Cañadas. ¿Qué factores deben coincidir para una erupción?

“Para responder a esto, los volcanólogos nos insisten en que hay que entender cuál es el nivel de base normal en un territorio volcánico. Dicho de otra manera, saber distinguir entre un fenómeno esperable, marcado por una tendencia, y una anomalía. Con los indicadores actuales, a día de hoy, los expertos no esperan una erupción a corto plazo. Si se presentaran otros cambios en el monitoreo volcánico, como deformación del suelo, cambios radicales en la secuencia sísmica o sismos intensos sentidos o variaciones relevantes en las propiedades de las aguas subterráneas o la emisión de gases, sí se hablaría de anomalía. Esta anomalía podría evolucionar a una erupción o volver al nivel de base, incluso sin generar erupción. La dificultad principal en Tenerife es que tenemos un estratovolcán mucho más complejo y puede generar comportamientos muy variables respecto a lo observado en las erupciones de El Hierro y La Palma”.

-Respecto a esta última isla, ¿trabajó activamente en la erupción de Cumbre Vieja?

“Fue una experiencia para el recuerdo por su gran aprendizaje. Intensa y agotadora, pero muy satisfactoria. Nuestra labor fundamental fue divulgativa. Numerosos medios de comunicación solicitaban, de forma muy insistente, nuestra presencia para ayudar a sus profesionales a interpretar el fenómeno correctamente. Fue extenuante porque dedicamos muchísimas horas de radio, televisión, periódicos, medios digitales nacionales e internacionales. Nos decían “los queremos a ustedes porque lo explican claro, realista y sin alarmismos”. También colaboramos con las autoridades locales de La Palma en cuestiones de comunicación. Fue muy grato ser útiles a la sociedad en un momento tan dramático de emergencia volcánica”.

-Hay quien critica la poca previsión en La Palma por parte de las autoridades.

“Es fácil criticar desde el sofá de casa las decisiones que se toman en una situación de emergencia así. Es la primera vez que había que anticiparse a una posible erupción volcánica en un territorio poblado. Los científicos dieron su pronóstico y las autoridades tomaron una decisión con los datos que había sobre la mesa en ese momento. Estamos convencidos de que ni unos ni otros hubieran actuado así si supieran que la evolución hacia la erupción iba a ser tan rápida. Siempre habrá errores en la gestión de un fenómeno natural porque, hasta hoy, la naturaleza escapa al control del ser humano. La erupción de La Palma, tal como hizo la submarina de El Hierro, ayudará a seguir mejorando el plan Pevolca. Precisamente lo más importante no son los fallos, sino la capacidad para corregirlos y mejorar el sistema general de respuesta ante emergencias”.

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