Ocho años después, España y Marruecos vuelven a celebrar una Reunión de Alto Nivel que tendrá lugar entre hoy y mañana en Rabat y que supone una escenificación de la nueva etapa abierta entre ambos países tras el histórico giro de la política exterior española respecto a su antigua colonia del Sáhara Occidental. Fue hace prácticamente un año cuando el Gabinete Real marroquí desveló por sorpresa que el Ejecutivo que preside Pedro Sánchez aceptaba la propuesta de autonomía presentada por Marruecos en 2007 para dicho territorio, al entender que se trataba de “la base más seria, creíble y realista para la resolución de esta disputa”. Semejante acercamiento a la tesis de Rabat sobre un conflicto que lleva cerca de medio siglo estancado, ante la reivindicación de los saharauis para contar con un Estado propio y su rechazo a las que consideran fuerzas de ocupación, no solo es duramente criticado por los propios saharauis, sino que tampoco cuenta con el apoyo de partidos como el PP e incluso Podemos y Nueva Canarias (ambos en el Gobierno de Torres). En defensa del giro, desde Madrid se justifica en que, como recordaba el eurodiputado del PSOE, Juan Fernando López Aguilar, en la última edición del Foro Premium del Atlántico de la Fundación DIARIO DE AVISOS, “Marruecos es un socio estratégico; si hay que tragar sapos, se tragan”.

Este acercamiento entre ambos países es una cuestión harto relevante para Canarias, por cuanto la ayuda de los marroquíes en el control de la inmigración irregular (que en los últimos meses ya ha registrado un descenso de aproximadamente el 30% respecto al mismo periodo del año anterior) y la delimitación de una vez de la mediana de las aguas que unen las Islas con el continente vecino, son parte de las compensaciones que se suponen pactadas entre Madrid y Rabat.

De la importancia que le otorga el Gobierno español a esta cumbre da cuenta la amplísima delegación que acompaña al presidente del Gobierno. En la misma destaca la presencia de dos de las vicepresidentas (Nadia Calviño y

Teresa Ribera), además de hasta diez ministros, entre ellos el de Exteriores, José Manuel Albares; el de Interior, Fernando Grandemarlaska, y la de Justicia, Pilar Llop. Eso sí, como suele ser habitual, Marruecos no confirmará hasta última hora si habrá un encuentro o no entre Sánchez y Mohamed VI, pero se da por sentado.

Sin embargo, desde las Islas se echa de menos que, pese a tan llamativo desplazamiento gubernamental, no figure al menos un representante del Ejecutivo de Canarias a pesar de que tal presencia está contemplada en el Estatuto de Autonomía para las relaciones internacionales en las que el Archipiélago resulte directamente afectado, como es el caso de Marruecos.