John F. Kennedy dijo (versión libre): «No se trata de qué puede hacer América por mí, sino de qué puedo hacer yo por América». Trasladen la frase, con todas las variantes que quieran, a la próxima Conferencia de Presidentes a celebrar el viernes en el convento de San Esteban, en Salamanca. A juzgar por las declaraciones hechas estos días, no parece que ningún mandatario autonómico esté pensando en España, sino solo y exclusivamente en su región y en el consabido «qué hay de lo mío». O sea, qué puede hacer España por mí; lo de yo por España lo dejamos para otro día. Y así es muy difícil llegar a acuerdos.

Da la impresión de que muchos presidentes estén buscando (y no sería la primera vez) salvar la cara ante su parroquia más que en lograr un consenso nacional. ¿Tufillo electoral? ¡Por favor, qué cosas se le ocurren, don Críspulo! Cierto que los intereses son muy dispares y casi siempre contrapuestos, pero, hombre, un poco de esfuerzo para acercar posturas… Soy pesimista tanto en el apartado de la lucha contra la pandemia como en el de reparto de los fondos europeos. Todos, sobre todo los del PP, se quejarán (ya lo están haciendo) de que reciben pocas vacunas y de que sus necesidades económicas son prioritarias sobre las del resto.

Que prime la despoblación, que prime la población, que el dinero vaya a obras, que los euros se destinen a tal o cual sector... Y así sucesivamente. ¡Ah!, y leña a Pedro Sánchez desde las filas conservadoras. Y defensa del Gobierno entre los barones socialistas. En Cataluña, desdén. Pere Aragonés no acudirá. El lehendakari Urkullu duda. Eso de España no va con ellos. Y Ayuso amenaza. Madrid es España y España es Madrid, pero ella no volverá a estos actos. Son de poco fuste para su tronío. Sobre las viejas y hermosísimas piedras de San Esteban (gótico tardío, plateresco, barroco) sobrevolarán la presencia y las enseñanzas del dominico Francisco de Vitoria, el insigne teólogo y jurista que inventó el derecho de gentes y dio al mundo del siglo XVI una lección de respeto, ética y concordia, anticipo imborrable de los derechos humanos. Que lo recuerden y practiquen los que vayan el viernes a Salamanca.