Kiosko y Más

No es momento de experimentos

La separación para el reciclaje de vidrio debe ser un hábito que demuestra la asunción de nuestra responsabilidad individual

LUIS MEDINA-MONTOYA HELLGREN Director General de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Málaga

Medio ambiente, impacto y responsabilidad humana en el calentamiento global o la necesidad de una transición a una economía circular real han llegado para quedarse en el debate político y social. Está demostrado que avanzar hacia la circularidad de todos sectores de la actividad económica y la reducción de emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero son pilares fundamentales para construir prosperidad, empleo y sostenibilidad en el medio plazo.

La Estrategia Española de Economía Circular como documento marco establece directrices para reducir la generación de residuos un 15% respecto a 2010 y su uso eficiente convertidos en recursos que estén el mayor tiempo posible en el sistema.

En este contexto, quisiera hablar de Málaga, en la que tengo el grandísimo honor de trabajar para colocarla en el puesto que merece, en cuanto a sostenibilidad y desarrollo económico responsable. Voy a centrarme sólo en uno de los múltiples ámbitos en el terreno de la economía circular en el que hemos trabajado estos años, pues es un claro ejemplo de cómo la colaboración de la administración local con el sector privado, con un trabajo operativo y técnico bien hecho pueden suponer un salto cualitativo importante: el reciclaje de envases de vidrio.

Los datos hablan por sí solos. En el último lustro, esta recogida selectiva a través del contenedor verde se ha incrementado en nada menos que un 128%. Un esfuerzo en el que se ha trabajado con Ecovidrio, que realiza la recogida de forma directa, para no sólo incrementar la inversión en infraestructuras, con la colocación de más de 500 nuevos contenedores, sino para impulsar también a un sector tan importante implicado como es el de la hostelería. Málaga ha puesto en marcha campañas de involucración intensivas con el sector, informando a los profesionales, formándoles, financiando la entrega de medios de recogida especiales por Ecovidrio y poniendo en marcha uno de los servicios de recogida puerta a puerta para una de las hostelería más potentes de España. Hemos pasado de un 33% de establecimientos recicladores a un 83% gracias a estas campañas.

Por mis colegas en otros ayuntamientos, me consta que Málaga no es un caso aislado y por eso la tasa de reciclaje de envases en España está por encima de la media europea. Como todos sabemos, los envases de vidrio se reciclan al 100% e infinitas veces para fabricar nuevos. Es un material que cuenta con un reciclado de alta calidad y circular con beneficios ambientales evidentes, de los que destacaría la progresiva reducción del volumen de materia prima virgen necesaria para la fabricación del producto final.

Es por ello que en ocasiones me sorprende escuchar propuestas para sustituir sistemas que son eficaces y sostenibles. En el caso de la separación y depósito separado del vidrio y otras fracciones, se plantea como alternativa la posibilidad de implantación de un sistema de devolución y retorno, con un depósito económico del ciudadano por cada envase que adquiere, que podría recuperar al devolverlo. Sobre todo, en el caso del vidrio, es un regreso al pasado que echaría a perder los avances cosechados. La separación para el reciclaje debe ser un hábito que demuestra la asunción de nuestra responsabilidad individual y no debe dar la sensación de que haya que remunerarlo. Ello supondría también un gran coste financiero, por el desuso de costosas infraestructuras existentes y requeriría tiempo para consolidarlo por parte de la administración, los ciudadanos y el comercio. De nada de lo anterior disponemos porque los objetivos europeos nos apremian. No es momento para experimentos. Nuestra economía es muy distinta de aquella cuando ‘devolvíamos el casco’ y sólo la logística inversa que precisaría volver a un sistema de retorno sería inasumible económicamente, por no hablar de su mayor huella de carbono respecto al modelo actual.

Las Cortes Generales tramitan ahora la Ley de Residuos y Suelos Contaminados. Espero que tanto en la ley como en el posterior reglamento se apueste por soluciones que ofrezcan resultados y que beneficien a municipios, ciudadanos y el medio ambiente. Es importante que en este marco jurídico se refuerce el concepto y alcance de la responsabilidad ampliada del productor, que supone el que todo fabricante o distribuidor asuma el coste real de la recogida y gestión de los residuos que generan sus productos, ampliándose también a otros sectores, y nos centremos en destinar recursos e innovación en la mejora de la recogida selectiva que, tal y como indica Europa, es la que garantiza la circularidad real. Que todo cuenta es una realidad. Ningún impacto es pequeño, cada pequeño gesto importa y sobre esa pauta debemos trabajar tanto desde el entorno público como desde el privado.

OPINIÓN

es-es

2021-07-27T07:00:00.0000000Z

2021-07-27T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281977495652737

ABC