Vamos a empezar por lo más inmediato. Hace apenas un mes, en el Campeonato de España de heptatlón, mejoró su marca en salto de longitud con una distancia de 6,54 metros y un viento en contra de 1,9 metros por segundo en una competición en la que las diez primeras superaron su récord personal. Hay atletas que después de saltar 6,19 no mejoran. María Vicente lo ha hecho con creces, pero fue insuficiente para subir al podio.

–¿Cómo digieres quedar cuarta tras un Campeonato de España en el que logras la mejor marca personal?

–Acudí a Getafe con mucha confianza y me fui con un sabor agridulce, con la sensación de haber desaprovechado la jornada. Pero me encantó esa rivalidad, y esa espina clavada para darlo todo al día siguiente.

–En la prueba de 200 metros te pones los tacos, tomas aire, suena el disparo, corres más rápido que nunca y paras el crono en 23,03 segundos. Medalla de oro en la final, con récord de los campeonatos y nueva mejor marca sub-23, por delante de velocistas como Jael Bestue y Paula Sevilla. ¿Imaginaste en algún momento este desenlace?

–La posibilidad siempre cabe. Había entrenado muy bien, sabía que podía mejorar un poco más respecto a Madrid. Me llevé una grata sorpresa, que interpreto como un calentamiento para lo que viene ahora: los Juegos.

–¿Cómo llevas ser una atleta tan mediática?

–Bien. Al final significa que estoy trascendiendo más allá de la pista. Que estoy haciendo que la gente quiera ver el atletismo, y yo superfeliz y agradecida a todo el mundo que nos apoya.

–¿Te ha enseñado algo esta pandemia?

–Creo que lo mismo que a todos, el valor de lo que muchas veces no aprecias hasta que lo pierdes. Cuando estalló fueron momentos especialmente difíciles, aunque tuve la suerte de no dejar a nadie cercano por el camino. Intenté sobrellevarlo de la mejor y más agradable manera posible, zumba, cocina...

–Con 11 años dejaste el ballet por el atletismo. ¿Qué te impulsó a dar ese giro?

–Debo confesar que no me gustaba nada. Pensaba que atletismo era correr, hacer fondo, y yo estaba muy bien en el ballet. Pero un día fui a la pista y me encantó ver tanta diversidad. Vallas, el foso, lanzamientos... y pedí probar. Al final decidí quedarme con todas las modalidades.

–Te propongo una cosa. Cierra los ojos… Si yo te digo Tokio 2020, ¿qué es lo primero que te viene a la mente?

–La experiencia. Tokio no creo

que sean mis Juegos. Iré a luchar por todo, claro, pero los míos serán los siguientes, en París. Tengo muchas ganas de vivir unos Juegos para aprender y coger experiencia para las siguientes citas olímpicas.

–¿Con quién te gustaría encontrarte?

–Yo te hubiera dicho Bolt, pero se ha retirado. Poco podremos hacer por las restricciones sanitarias contra la covid, pero me encantaría ver a gente de otros deportes que estás acostumbrada a verlos por televisión. Supongo que tiene que ser una maravilla.

–¿Y de las siete disciplinas que practicas, cuál es tu favorita?

–Disfruto mucho de la longitud. El 200 es más efímero.

–¿Qué es lo que no permites que entre en tu mochila de competición?

–Los miedos, las inseguridades. Tú eres igual que tus rivales y partes con las mismas posibilidades.

–Aún eres muy joven, pero si tuvieras que elegir entre una goma o un lápiz, ¿cogerías la goma para borrar algo de tu pasado, o el lápiz para seguir escribiendo la historia de tu vida?

–Un lápiz, sin duda. El pasado te hace ser lo que eres hoy, un fallo te hace seguir mejorando. Con el lápiz sueño con la triple corona. Campeona europea, del mundo y olímpica.

«Estancada en altura»

–Volvamos a lo deportivo. Está claro que, en competición, tus notas siempre son de ‘progresa adecuadamente’. Pero, ¿hay alguna prueba en la que necesites mejorar?

–Hasta ahora había dicho que lanzamientos y fondo, pero en el salto de altura estoy estancada; creo que ya me toca dar el paso a algo mejor.

–¿Pentatlón o heptatlón?

– Heptatlón, sin duda. Si comparas mis marcas, voy mucho mejor.

–¿Te gustaría que hubiese decatlón femenino?

–No me importaría probarlo. Me encantaría experimentar disciplinas como la pértiga, aunque no sé cómo lo llevaría a la hora de competir. Pero seguro que lo probaré.

AMBICIÓN «Sueño con la triple corona: campeona de Europa, del mundo y olímpica»

REFERENTES «Nadal, por todo lo que ha conquistado. Y en atletismo, Jorge Ureña y la gran Ruth Beitia»

JAPÓN «El objetivo, difícil, es alcanzar la final. Y por qué no, ganar alguna prueba, que podría ser el 200»

–¿Tienes algún referente en el deporte?

–Rafa Nadal, por todo lo que ha conquistado. Y en atletismo, Jorge Ureña, por combinadas, por seguir con ellas. Y la gran Ruth Beitia, por la perseverancia de luchar por conseguir su sueño.

–¿Qué consejo le darías a una niña que empieza?

–Que viva lo que yo he vivido, que disfrute de cada pequeño paso que dé. Si confías en ti, los resultados llegan.

–Las pruebas que realizaste en el Campeonato de España, con magníficos resultados, forman parte de tu prueba, el heptatlón. Este año, el 25 de abril, batías la mejor marca nacional de todos los tiempos en Lana, Italia, con 6.304 puntos. Con este estado de forma, ¿qué podemos esperar de María Vicente en Tokio?

–Con Ramón (Cid) hablaba que, una vez clasificados, no nos vamos a conformar. Nuestro objetivo, difícil, es alcanzar la final. Y por qué no, ganar alguna prueba, que podría ser el 200.

–Tras una pista cubierta con molestias en 2020, decides cambiar de lugar de entrenamiento y desplazarte a San Sebastián con Ramon Cid. ¿Cómo ha sido el cambio?

–Al principio resultó complicado, porque venía del confinamiento en casa. Llegar en junio a una residencia donde estaba casi sola fue duro. El grupo me aceptó genial, pero sí, fue duro. A medida que pasó el tiempo, más relajada. Y ahora estoy encantada, tanto de vivir aquí como de la convivencia con el grupo, que me ha aportado esa frescura que necesitaba. Tengo a Teresa Errandonea, y ese pique me ayuda mucho a mejorar.