La vacunación hizo caer en picado las bajas de profesionales sanitarios a causa de la covid. Pero con el incremento de la transmisión por la quinta ola, los hospitales vascos vuelven a sufrir la ausencia de médicos y enfermeras que deben aislarse en sus domicilios por caer infectados o por ser contactos estrechos de un positivo. Para muestra, datos recientes de la OSI Bilbao-Basurto a los que ha tenido acceso este diario ponen de manifiesto un ligero aumento de las bajas en el gremio.

En la semana del 12 de julio, se contabilizaban 39 sanitarios en el dique seco, 24 por dar positivo y 15 por ser contactos. Nueve días más tarde, la cifra total ascendió un 46%, hasta 57. De ellos, un total de 46 por caso de contagio y el resto por aislamientos preventivos. En ambos grupos, el porcentaje de personas con síntomas fue ínfimo, 3 y 5, respectivamente, algo que puede ser atribuible al efecto de la inmunización. En todo caso, se trata de cifras que nada tienen que ver con las acontecidas en los momentos más convulsos de la pandemia. El pasado mes de octubre, en plena segunda ola, hasta 1.100 miembros de la plantilla de Osakidetza estaban fuera de combate a causa del virus.