Kiosko y Más

Ortuzar proclama su «hartazgo» ante las acusaciones de «chantaje político»

Censura la «escandalera» y la «puñetería» en la política nacional a raíz del pacto fiscal que Sánchez y Urkullu cerraron en base al Concierto Económico

XABIER GARMENDIA

Aunque haya vuelto a imprimir su sello de ‘conseguidor’, al PNV no le gusta el sabor de boca que deja el fin del curso político. El pacto fiscal ‘in extremis’ arrancado por Iñigo Urkullu, y que puso la alfombra para que acudiera a la Conferencia de Presidentes, se le ha vuelto en contra entre duras acusaciones de «chantajista» y de acaparador de «privilegios». Ya el lehendakari contraatacó las críticas en la cita del viernes en Salamanca al denunciar un «desconocimiento interesado» del Concierto Económico por parte de otros líderes territoriales. Pero ayer, en un tono mucho menos comedido, el presidente de su partido exhibió un «hartazgo» al más alto nivel.

«Sí, estamos cansados, hartos de esta manipulación política y de esta mercantilización del autogobierno vasco», explotó Andoni Ortuzar como coletazo a una

El lehendakari participó en la ofrenda floral a Sabino Arana.

semana de máxima tensión política. Días en los que tanto la formación jeltzale como el propio lehendakari han sido comparados con «piratas» y con «actores de Hollywood» por el supuesto precio que Urkullu habría cobrado por su «foto» en la cumbre autonómica. «¡Qué cosas hemos tenido que oír! ¡Qué cosas nos han llamado! Todo muy poco serio,

irritantemente falso e injusto», lamentó el presidente del Euzkadi buru batzar.

Una «escandalera», según describió, que en todo caso no es nueva. Recordó cómo el año pasado ocurrió prácticamente lo mismo, con un acuerdo sobre la bocina que fue censurado por un buen puñado de presidentes autonómicos. La diferencia es que el 31 de julio de 2020, Urkullu «tuvo que ir a la dichosa» reunión, mientras que esta vez pudo estar presente en el tradicional acto del PNV para conmemorar su aniversario. Se celebró ayer en Bilbao bajo el permanente sirimiri que ha regado el mes de julio y que hará que Euskadi sea «el país con menos cáncer de piel», tal y como ironizó Ortuzar.

Con el lehendakari y la plana mayor del partido en primera fila, el líder del EBB se rebeló ante la tormenta y el «grado de puñetería» en la política nacional. Defendió que, al contrario de lo ocurrido, quienes tienen derecho a «ofenderse» son los nacionalistas. «¿Por qué el PNV tiene que pagar siempre con sus votos y por adelantado por algo que se debería cumplir al ser ley?», se preguntó. Los jeltzales, añadió, concederían sus apoyos «gratis» a cualquier gobierno, ya sea el actual o uno futuro, que cumpliera el Estatuto y permitiera «a este pueblo decidir libremente su destino».

Deberes a Sánchez

Es más, la formación nacionalista exhibe su deseo de «aportar toda la estabilidad que esté en su mano». Eso sí, pide a cambio que el Gobierno se porte bien con las instituciones vascas, algo que no cree que esté ocurriendo hoy en día. «Acumulamos retrasos incomprensibles en las transferencias, no entendemos qué pasa con el Ingreso Mínimo Vital, no nos gustan los planteamientos dilatorios sobre el TAV y en demasiadas ocasiones el impulso legislativo del Gobierno es negativamente recentralizador», enumeró. Incluso puso en duda que el Ejecutivo dé por cumplido el 21% de su pacto con el PNV, según han calculado varios expertos en un informe solicitado por Moncloa.

Agosto servirá ahora de tregua, pero en el arranque del nuevo curso, en plena negociación presupuestaria, Sabin Etxea elevará la presión y preguntará qué hay de lo suyo. «Le pido a Sánchez y a su nuevo Gobierno que se note que hay un cambio, que pise el acelerador y que en septiembre, sin más dilaciones, se resuelvan todas estas cuestiones», lanzó Ortuzar. No vaya a ser, agregó, que en el horizonte aparezca una nueva Conferencia de Presidentes o una votación clave en el Congreso que dependa de la aquiescencia del PNV: «Así no habrá mercado persa ni chantaje ni escupitajos ni nada».

Un nuevo año político, el que comenzará a la vuelta de las vacaciones, que el partido nacionalista encara con el objetivo de acelerar la recuperación económica en Euskadi. «Tenemos problemas, pero somos optimistas y empezamos a tener datos muy esperanzadores», aseguró el líder del EBB en referencia a la caída del desempleo y las previsiones de crecimiento conocidas esta semana. En clave sanitaria, pidió un último esfuerzo a la sociedad para dejar atrás la pandemia de una vez por todas: «Sólo tenemos que aguantar un poquito más. No es tan difícil».

POLÍTICA

es-es

2021-08-01T07:00:00.0000000Z

2021-08-01T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281887301349691

ABC