Esto es lo que ocurre con el latrocinio del precio en el recibo de la energía eléctrica. Sube y sube cada vez más, sin que se pueda ver el tope, que por ahora está entre los más altos del mundo. Y todo por esa inmoral figura que denominamos ‘puertas giratorias’. Consiste en que políticos que van cesando en sus cargos, además de las suculentas pensiones que cobran, tienen el ‘chollo’ de poder entrar a formar parte de algunos de los consejos que aquí tanto abundan, o en sociedades anónimas, semioficiales o no, como las de telefonía y sobre todo en las eléctricas.

Ello hace que los estómagos agradecidos no tiren piedras a su propio tejado, cuantos más beneficios toque a repartir, mejor que mejor. Los políticos que están en activo, viendo el porvenir que les espera, no mueven un dedo para evitar los abusos de las eléctricas u otras compañías. Esto de facto es una corrupción, aunque jurídicamente no se contempla. Por las causas antedichas, ningún partido se está oponiendo a ello. Solamente una fuerte reacción ciudadana podría remediar esta podrida situación.

MANUEL LÓPEZ VÁZQUEZ