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Crece la oposición de los franceses a la implantación del certificado sanitario

Negacionistas y simpatizantes de extrema derecha copan las manifestaciones que se extendieron por todo el territorio galo

BEATRIZ JUEZ

PARÍS. Por tercer sábado consecutivo, miles de franceses protestaron ayer en todo el país contra la extensión del certificado sanitario, que será exigido a partir del próximo día 9 para, por ejemplo, poder entrar en bares y restaurantes o viajar en trenes de largo recorrido. Las concentraciones reunieron a 204.000 personas en plena cuarta ola de Covid-19, de los que 14.250 se manifestaron en París, según datos del Ministerio del Interior. El 17 de julio se congregaron 114.000 y siete días más tarde, 161.000, lo que confirma una tendencia alcista.

«Libertad, libertad» o «Macron, dimisión», gritaban los reunidos cerca de la Torre Montparnasse de la capital. «No a la dictadura sanitaria», «vacuna por todos lados, justicia en ninguna parte» y «libertad, resistencia, movilización», rezaban algunas de las pancartas.

Unos 3.000 policías y gendarmes fueron desplegados en París para garantizar la seguridad. Hubo tensión y enfrentamientos entre manifestantes y agentes, que lanzaron gases lacrimógenos y utilizaron cañones de agua. Al menos tres uniformados resultaron heridos, según la prensa local, y al menos 19 personas fueron detenidas, diez de ellas en París.

‘No al certificado sanitario’, decía la pancarta que llevaba Irina en la marcha convocada por Los Patriotas, un partido de extrema derecha muy minoritario. «Lo que estamos viviendo ahora en Francia es muy grave. Estamos en un engranaje. Una vez que pongan en marcha el certificado sanitario será muy difícil dar marcha atrás. Me da miedo la supresión de nuestra libertad, pura y simple», relató esta parisina, que se niega a ponerse la vacuna contra el Covid-19.

«Nos han impedido salir de nuestras casas, nos han impedido circular… Se supone que estamos en democracia, en el país de los derechos humanos. Creo que somos los que hemos ido más lejos. Tengo la impresión que nos hemos vuelto autoritarios», denunció Irina.

Conservar el empleo

Souhail acudió a la marcha para protestar, después de que el Gobierno decretara la vacunación obligatoria para los trabajadores sanitarios y no sanitarios de hospitales y centros médicos, entre otros colectivos. «Estoy empleado en un centro médico como administrativo, pero para poder continuar trabajando estoy obligado a vacunarme. En una democracia, deberíamos poder elegir», opinó. A pesar de sus reticencias, se pondrá la vacuna para conservar su puesto.

«Asesino» y «colaborador», gritaron los manifestantes antivacunas y anticertificado sanitario a un farmacéutico que hacía pruebas de antígenos en una carpa de una farmacia de Montpellier, según un vídeo publicado por el diario ‘Midi Libre’.

«Hablamos de 150.000 a 200.000 manifestantes. Si lo comparo con los cuatro millones de personas que se fueron a vacunar después del discurso del presidente, constato que esos manifestantes no son mayoritarios», dijo el ministro del Interior, Gérald Darmanin, en declaraciones al diario local ‘Le Parisien’.

«Nos han impedido salir de nuestras casas, nos han impedido circular… Se supone que estamos en democracia», denuncian

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2021-08-01T07:00:00.0000000Z

2021-08-01T07:00:00.0000000Z

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