Pablo ha hecho algo increíble. Tiene un mérito tremendo, superando al número 1 y al número 2 , y ganarle a Djokovic esa medalla. Siempre que juega por España pone muchísima ilusión, y con ella ha ido a buscar esta medalla. Es distinto ganar un metal que todos los demás títulos. A Pablo lo ha visto hoy todo el mundo, y no solo los aficionadosal tenis que siguen atentamente los Grand Slams. Hay gente que no entiende o que no ve tenis y le ha visto a él. Es lo que hace grande una medalla. La repercusión será más grande que la que ha tenido nunca y que la que puedes tener por ganar cualquier otro torneo.

Yo cambié toda la preparación para centrarme en los Juegos de Barcelona’92. No me cambió la vida, pero sí es lo más grande que he hecho. Yo seguro que no cambio esa plata por un Grand Slam. Fue en casa, con mi gente. Cómo viví yo aquella experiencia y esa medalla, no lo cambiaría por nada. Porque veo imposible disfrutar más con un Grand Slam de lo que disfruté con aquel metal. Los españoles somos muy competitivos en Juegos Olímpicos: siempre se consigue alguna presea. Aun con bajas importantes. El medallero español siempre espera, busca y confía en el tenis.

Ha habido mala suerte con los dobles, perdiendo en el super tie break. Fue una lástima sobre todo el de Muguruza y Carla Suárez, que ya tenía un meritazo tremendo. El golpe de calor de Badosa impidió que pudiéramos tener otra medalla en mixtos con Carreño. Es muy difícil que un país tenga un buen hombre y una buena mujer y ahí estaban ellos. Tenían muy buenas posibilidades. Lo de Carreño no ha sido buena suerte, creo que hemos tenido mala pata porque podíamos haber rascado más. Pero el mérito es tremendo. No lo podía haber hecho mejor.