Annemiek van Vleuten esperó hasta el muro de Gurpil para destrozar la Clásica de San Sebastián, coger distancia, negociar el peligroso y empapado descenso y vencer en la meta donostiarra con el maillot del Movistar. «Por fin tengo la txapela», declaró. Hace apenas unos días se había colgado el oro en la prueba contrarreloj de los Juegos de Tokio y la plata en la carrera de ruta. La corredora holandesa, de 38 años, suma a su tremendo palmarés la clásica guipuzcoana. Llegó en solitario y a tiempo para ver cómo a 36 segundos entraba Ruth Winner y a minuto y medio un grupo encabezado por Tatiana Guderzo.