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Empresas relacionadas con el sector pesquero

Frigoríficos, astilleros y talleres relacionados con el oficio de la mar han prestado servicios de forma directa o indirecta a lo largo de la historia en Santoña

M

uchas han sido las empresas relacionadas con el sector pesquero en Santoña que han prestado servicios de forma directa o indirecta.

La primera que me viene a la memoria es Frigoríficos Santoña S.A; estaba situada en la entrada de Santoña, junto al primer puente, y comenzó a funcionar en el año 1964, lo que supuso un hecho destacado en la villa marinera.

También la empresa de Luis Revuelta, ubicada en la calle Ortiz Otañez, número 12.

Durante los primeros años cincuenta del siglo pasado se anunciaba así:

«Quemadores de fueloil, instalaciones industriales y navales, equipos especiales para locomotoras; construcción de autoclaves cilíndricos rápidos, sistema americano para tostar y baño caliente y frío; batería de cocedores para la industria conservera, sin serpentín, dotados de horno individual con quemador de fueloil; viveros para barcos pesqueros».

También los astilleros de la Viuda e Hijos de José San Román, ubicados en la zona donde hoy se encuentra la rotonda de la fábrica de Consorcio, se dedicaban a la construcción y reparación de toda clase de embarcaciones pesqueras.

Especial relevancia tuvieron las empresas Construcciones Electro-conserveras ‘JUVI’ (aún se conserva el edificio) que disponía de saladoras de anchoa, de lavadoras-secadoras de latas, pestañadoras, etc; y los Talleres Galindo, encaminados a la fabricación y reparación tipo mecánico.

Existían otros negocios que estaban al servicio de la flota pesquera e industria conservera, como el taller de Cucurull, ubicado en los terrenos del muelle nuevo, los Talleres Salfersan, o Moisés Galán, técnico en equipos electrónicos de barcos.

También destacaron Atalaya y Radio (Cuesta y Valle), dedicados a la construcción y reparación de transmisores y receptores marinos.

En los años sesenta constaban 118 fábricas, pero muchas de aquellas industrias de la anchoa eran de pequeño tamaño. A este tipo de negocios de les conocía coloquialmente como ‘fabriquines’, y se montaban y desaparecían con mayor o menor prontitud según las circunstancias económicas, pues eran empresas artesanales a cuyo frente estaban, en su mayor parte, familias de poca entidad económica.

Muchos de aquellos negocios se puede considerar que fueron simples intentos de salir adelante.

Siete Villas

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2021-07-25T07:00:00.0000000Z

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https://lectura.kioskoymas.com/article/281603833494309

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