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«La fragilidad del sector cultural se debe a la falta de políticas estratégicas adecuadas»

Miguel Meca Actor El cofundador del Laboratorio Espacio Espiral analiza el futuro del proyecto tras el cierre de su sede santanderina

Doce años son mucho tiempo, sobre todo si se dedican con entrega y pasión a una misión ardua y compleja. Así lo siente el intérprete y hombre de escena Miguel Meca, cofundador en 2008 de Espacio Espiral, Laboratorio escénico y de artes afines, junto a Cristina Samaniego. Tras ese periodo, en el que su proyecto se convirtió en un referente en la comunidad en materia de creación y formación, pasando por la investigación, la pedagogía, la colaboración entre artistas o el desarrollo de intercambios y residencias creativas en la capital cántabra, Espacio Espiral cerró la semana las puertas de su local en la calle Menéndez Pelayo de Santander debido a que el local ha sido vendido por sus propietarios para otros fines. Meca, que estudió en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, hace ahora balance de la intensa trayectoria del proyecto, de la situación del sector cultural local y reivindica el valor renovador que una propuesta como la suya tiene en una ciudad tan acostumbrada a sí misma como la capital cántabra.

–Despedirse de su espacio habitual supone un punto de inflexión en la trayectoria del proyecto. ¿Qué ha sido lo mejor de estos doce años?

–Lo cierto es que ha sido una aventura apasionante. Han sido doce años en los que hemos estado habitando este espacio físico, aunque el laboratorio ya existía antes, y en los que hemos tenido que pelear constantemente para abrir un hueco que desde nuestro punto de vista entendíamos que hacía falta en esta ciudad. Para ello creamos en su momento un espacio diferente en muchos aspectos, algo que entronca con las fábricas de creación que existen en otros sitios de este país y de Europa, y que ha sido pionero en generar unos tipos de contenidos específicos, un poco al margen de la cultura oficial de esta ciudad.

–Un trayecto tan duro como bonito, entiendo.

–Han sido años de mucho trabajo y mucha pelea, de los que para mí lo mejor, lo más destacado, ha sido el encuentro con personas muy diversas que nos han enriquecido muchísimo, tanto de esta ciudad como de fuera, absolutamente extraordinarias desde diferentes puntos de vista, pero especialmente desde el creativo y el formativo.

–¿Y lo peor?

–Lo peor ha sido comprobar la falta de comprensión sobre el hecho de que este espacio era necesario en esta ciudad por parte de instituciones que en un momento dado tenían que haber arrimado el hombro para que el proyecto se encauzara como debía. Desgraciadamente en esta comunidad no existe un apoyo decidido a espacios de este tipo, solo existen las salas de exhibición y teatro y no se considera que propuestas como la nuestra sean interesantes. Hemos peleado mucho para mantenerlo a flote a través de proyectos concretos pero siempre hemos tenido clavada la espina de no tener un soporte institucional que entendiera que estos espacios son necesarios y que había que apostar por su continuidad. –Ustedes se han mantenido siempre por sus propios medios. –No estoy hablando de subvencionar el espacio, sino de que se entendiera lo que hacemos y que se apoyara de alguna manera. Esa falta de sintonía con las administraciones municipales y autonómicas duele, porque entendemos que tenían que haber sido un poco más conscientes y sensibles al tipo de trabajo que se realiza aquí, y por ello lo específico e importante que es para esta ciudad. –Siempre han tratado de impulsar propuestas alternativas. ¿Por qué? ¿Cómo entienden esa «cultura diferente»?

–Siempre hemos apostado por los lenguajes contemporáneos, ya sea en teatro, en danza, en música, en artes plásticas... Hemos tratado, por un lado, de proyectar el contenido hacia formas de creación avanzadas, contemporáneas, no tan oficiales ni tan ancladas en lo establecido; por otro, nuestra política siempre ha sido la de dar visibilidad a estos planteamientos y la de acercarlo lo máximo posible al público de la calle, al de nuestro barrio, al de la ciudad y al de Cantabria.

–Su vocación didáctica han sido otras de sus señas de identidad, ¿cierto?

–Al final, nuestro proyecto no tiene sentido si no acercas todas estas propuestas contemporáneas a gente que no las conoce. Por eso durante estos años nuestra labor ha incidido mucho en la divulgación de estos contenidos y en hacerlos muy accesibles a todo tipo de público. Un ejemplo de ello es la octava edición de ‘La Espiral Contemporánea’, que acaba de terminar.

–¿Han tenido que pagar peajes por plantear una propuesta tan diferente y novedosa? –Siempre se pagan peajes cuando tratas de convertir algo que no es muy conocido en algo habitual y cotidiano. Principalmente chocas con mucha indiferencia y con falta de interés. Insistimos mucho en el hecho de que al público no solo quiere sentarse en una butaca y observar un espectáculo, sino que también le interesan mucho los procesos de trabajo. –Más allá del aspecto creativo, la situación del sector es complicada...

–La mayoría no podemos planificar porque nuestras estructuras son muy frágiles, algo que se responde a la falta de políticas estratégicas adecuadas.

ÁLVARO G. POLAVIEJA

«Hemos impulsado formas de creación contemporánea que se alejaban de lo convencional»

ENTREVISTA

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2021-10-22T07:00:00.0000000Z

2021-10-22T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281552294060256

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