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«Recibir la insignia de oro de la Sociedad ha sido todo un homenaje»

EL DIARIO MONTAÑÉS

a cinco niñas, entre ellas yo. Pero lo de cantar es una vocación familiar porque siempre nos ha gustado, incluso varios tíos han cantado en la Coral, la última mi tía Carmina Campiza que era bastante conocida. Y mi padre, Cándido Andrea, también cantaba y su hermana fue una de las fundadoras de la Coral. Somos tres hermanas y las tres cantamos porque nos apasiona la música, en general, un poco de todo, canción montañesa por supuesto. En la familia no se concibe una fiesta, un cumpleaños sin cantar, y sin una reunión, porque también somos muy familiares y muy de celebrar.

– ¿Y cómo era la Coral entonces? - Bueno, yo lo he vivido de una manera muy natural y lo sentía como familiar también, porque entre las coralistas estaba mi tía Carmina, de manera que me sentía muy arropada y como éramos muy niñas, nos trataban muy bien. Recuerdo especialmente nuestro primer viaje a Madrid nada más ingresar en la Coral, prácticamente, para participar en un concurso del que nos llevamos el primer premio. Al segundo año, fuimos a Madrid, Jaén, Granada y Almería, invitados en Almería por Julián Urbina, que en aquel entonces estaba de gobernador. Fue fantástico porque eran unos años en los que no se viajaba como ahora y conocimos otros lugares, en unos viajes muy importantes. Después, ha habido una etapa en la que yo no estuve en la agrupación por diversos motivos, coincidiendo con la jubilación de Don Lucio; al poco tiempo falleció y también perdí a mi madre... así que lo dejé una temporada hasta que se incorporó Manuel Egusquiza, en 1992. Me animé y regresé, también me acababa de jubilar, he trabajado en Ondas, un clásico del comercio local, y con la intención de estar tres o cuatro años más, pues han pasado 30.

– La etapa más fructífera... -Hemos hecho muchas cosas en esta última etapa. Egusquiza es un director al estilo de Don Lucio. Aunque cada uno tiene su impronta, tu recibes unas enseñanzas que son las que se quedan. Es muy tenaz, trabajador y programa viajes que son giras para que el ánimo en el coro no decaiga. Hemos estado en Roma, Londres, Bélgica, Alemania... por no hablar de los lugares en España que hemos recorrido y ha coincidido además con un empuje de la agrupación.

– ¿Cómo recordará esta pandemia?

-Pues como algo muy duro que no se puede comparar con nada de lo que hayamos vivido hasta ahora, además, parece que no se ve el final. Y en lo que respecta a la actividad de la agrupación, cantar con la mascarilla es difícil pero se puede hacer perfectamente, aunque no es lo mismo y no sabemos hasta cuándo vamos a tener que llevarla. No se pueden programar conciertos porque todo está muy incierto y al no tener actuaciones en tanto tiempo, la tesorería se ha resentido. Pero nos conformamos con poder ensayar, aunque los viajes son un aliciente muy importante y a todos nos gusta. Ahora que esa posibilidad de reunirnos de nuevo, y al final de los ensayos, ir a tomar algo, romper la rutina, es igualmente importante. Nuestra intención es ensayar dos días por semana, si no hay impedimentos y para mantener la ilusión.

– Ha conocido a muchos directores y presidentes de la Coral ¿Qué destacaría por ejemplo de Lucio Lázaro?

-Era un director fantástico, con un trato personal y cercano y al mismo tiempo, daba lugar a un respeto. Y los presidentes, todos ellos, especialmente el actual, son personas que tienen como objetivo y meta dar cariño y aliento a los coralistas. Jaime Revuelta llegó en un momento triste porque reemplazó a Nilo Merino que falleció víctima de un accidente y además, era amigo suyo por cuanto llegar a la coral le supuso como un homenaje a Nilo. Siempre ha sido muy cariñoso con la gente, especialmente debido a su profesión, la de pediatra. Una persona muy afable y todos le queremos mucho.

TORRELAVEGA

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2021-07-25T07:00:00.0000000Z

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