En el Parlamento, antes de un acto institucional, el consejero de Sanidad explicaba ayer a los periodistas que Cantabria está ya en un «nivel tres de riesgo consolidado». «¿Habrá municipios entonces que este martes pasen a ese nivel en la actualización del semáforo?», le preguntaron justo después. Migue Rodríguez le dio la vuelta a la pregunta. «Vamos a plantearlo así: ¿Si Cantabria está en nivel tres puede ser que todos los municipios de la comunidad estén en nivel uno o dos? Es imposible. Habrá municipios en nivel tres y ya veremos si hay alguno en nivel cuatro». Eso, traducido a la práctica, a restricciones, supone que, según Sanidad, hoy habrá ayuntamientos pintados de rojo en el mapa de los riesgos y las normas, lo que supone, entre otras cosas, el cierre de interiores de los locales de hostelería en esas áreas.

No es la primera vez que Rodríguez anticipa eso y luego no pasa. Pero ayer lo dijo y lo reiteró. Y sólo unas horas antes de la actualización del semáforo. Basándose en el nivel general de riesgo que ahora tiene la región. «Por lógica. Si la comunidad está en nivel tres, algún municipio tiene que estar en ese nivel y ya veremos si en el cuatro». El color rojo en el mapa del semáforo supone en la hostelería y la restauración el cierre de los interiores, en las terrazas un aforo del 75% y seis personas por mesa (si se llega al nivel cuatro,

Serán las que marque el sistema del semáforo y, si acaso, el toque de queda en más municipios

El sector turístico, pendiente de una decisión que puede ser decisiva en plena campaña de verano

Su uso como condición de entrada está siendo estudiado por los servicios jurídicos

el más alto, el aforo de la terraza sería del 50% y el número de personas por mesa baja a cuatro). Pero implica más cosas. Que, por ejemplo, «la actividad deportiva en los interiores no está permitida» –lo pone en las normas– o que el aforo del comercio minorista se queda en un tercio.

El consejero concretó que será el sistema del semáforo el que determine las medidas, que no habrá otras adicionales más allá de renovar cuando se cumpla el plazo el toque de queda actual en los 53 municipios afectados (que podrían ampliarse si se estima oportuno). «Las medidas que nos planteamos son esas. Hay que tener en cuenta que las que se contemplan en el nivel tres y cuatro del semáforo ya son muy duras. Y creemos que serían suficientes».

Aquí, en todo caso, hay un choque con las opiniones manifestadas por el presidente, Miguel Ángel Revilla, que apostó –aunque dejándolo en manos de Sanidad– porque se tomen soluciones «parciales y puntuales» y no tan «duras» como el cierre de interiores. Rodríguez discrepa en lo de parciales o totales. Jugó con los términos para contestar. «Depende de lo que entendamos por medidas parciales. En los niveles tres y cuatro no se habla de un cierre total de la hostelería, sino del cierre de los interiores, pero no de los exteriores. Para mí eso es una medida parcial», respondió cuando le pusieron delante las manifestaciones de Revilla.

También le preguntaron si Cantabria baraja la opción de utilizar el pasaporte covid vinculado a la vacunación como filtro para acceder a restaurantes, cines o teatros. Rodríguez contó que el asunto se ha tratado en el Consejo Interterritorial, pero que aún no está claro su encaje jurídico. Que ese documento se puso en marcha para moverse entre países y que ese es su amparo legal. «Estaremos –aseguró en todo caso– a lo que nos digan los departamentos jurídicos. Si finalmente se pudiera hacer podría ser un planteamiento, pero es algo que está en veremos».