Bruselas tiene preparados tras su aprobación este mes de julio 33.700 millones de euros para asignar a distintos proyectos ferroviarios de interés supraestatal a través del Mecanismo Conectar Europa (MEC). Ni uno de esos euros llegará a Cantabria, porque para ello previamente el Ministerio de Fomento tenía que haber incluido a la comunidad autónoma en su mapa de infraestructuras prioritarias, que se actualizó por última vez en 2018. En él figuraban el Corredor Mediterráneo y el Atlántico. Este último es, precisamente, el que interesa en Cantabria. El que convocó en febrero de 2019 a los agentes políticos y sociales con el fin de crear un «frente común» con el que abrir un hueco por el que pudiera colarse la región.

Desde la CEOE, uno de los participantes en aquella cita y uno de los actores que más ha insistido en la necesidad de contar con conexiones de tren dignas para exportar a todo Europa y que el Puerto de Santander se convierta en el punto de salida de mercancías desde el norte de España a todo el mundo, entienden que Cantabria no tenía opción de ninguna manera de optar a este paquete de fondos europeos que acaba de salir adelante. Es lo mismo que defiende la Consejería de Industria, que el mal estaba hecho desde 2018, que no había ninguna posibilidad de optar a ese dinero y que ahora sólo toca esperar a la próxima revisión, en 2023.

No se podía hacer nada, pero la patronal rechaza esa actitud «conformista» e insiste en que hay que moverse «desde ya» para conseguir el objetivo de figurar en el siguiente mapa de la Red Transeuropea de Transportes.

Así, su presidente, Enrique Conde, echa en cara al Ejecutivo regional que no se esté haciendo nada al respecto. «La última vez el Gobierno de Cantabria llegó tarde. Hubo alguna reunión en su momento para hacer ese grupo de presión desde aquí, pero se quedó en eso. La pura realidad es que en dos años no hemos vuelto a tener una reunión», apunta el máximo responsable de la CEOE en la comunidad autónoma.

Conde insiste en la necesidad estratégica de que Cantabria se incorpore el Corredor Atlántico, ya que esta es la forma más sencilla de asegurar la financiación comunitaria y garantizar que los proyectos que están sobre el papel avancen: «Puede que tengamos suerte y entremos en 2023, pero para eso hay que tener un trabajo previo hecho. Desde Cantabria no se está ni trabajado, ni se está haciendo esa labor de ‘lobby’ para conseguirlo. El tiempo se echa encima y hay que hacerlo relativamente rápido. ¿Quieren esperar a 2022, cuando sólo quede un año y ya sea tarde?».

La CEOE subraya que si hace dos años era importante tener esa conexión, ahora lo es incluso más por el encarecimiento de los precios del transporte de mercancías, un ámbito en el que el ferrocarril puede ser más competitivo. «Si piensan que este Corredor es importante que hagan ya la planificación. Y si no piensan que sea importante, que expliquen por qué», concluye Conde.

Desde la Cámara de Comercio, su presidente, Modesto Piñeiro, también reconoce que queda poco de aquel frente común para reclamar al Ministerio que el Ejecutivo de Cantabria planteó hace algo más de dos años. Recuerda que todas las autonomías del norte de España ya están incluidas al Corredor y que antes de la última revisión del mapa, la región se apartó de la propuesta de Galicia, Asturias y Castilla y León de una línea ‘Cantábrica’ a favor de la conexión con Bilbao y la salida mediterránea.

La Cámara de Comercio también reclama reactivar el frente común creado en la región para que llegue al Ministerio su petición