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«La cultura nos ayuda a vivir mejor»

Juan Díaz Acuarelista El artista toledano con casa en Valdáliga expone su obra, ‘Susurros’, en el centro cultural de Villapresente

LUCÍA ALCOLEA

Habla del arte en términos poéticos y distingue entre vivir solamente y vivir existiendo. Sus obras son la sugerencia, la ligereza, un baile del pincel que coreografía emociones; huelen a playa y emanan honestidad. Juan pinta la sensación, lo intangible, como al aire, que se acuesta sobre el lienzo. Sus acuarelas trascienden, cuentan cada día una historia diferente y hablan al espectador de franqueza y libertad. Su todo, y su nada, es la acuarela, que reivindica con sutileza y maestría. Sus creaciones son un silencio que ensordece al espectador y trasciende el paisaje. –¿Qué es ‘Susurros’?

–Con ‘Susurros’ se cierra un ciclo que comencé en Comillas hace dos años bajo el título de ‘Sutilezas’ y que continuó el año pasado en San Vicente de la Barquera con ‘Transitando’. Desafortunadamente, por un problema físico, no he podido completar el proyecto que tenía en mente y que estaba relacionado con esa disquisición propia de la nada que es el todo y del todo que es la nada. Se cierra un ciclo, pero seguiré transitando, equivocándome y ‘acertándome’, de forma consciente muchas veces e inconsciente otras. Continúo con mi particular lucha de reivindicar la acuarela y recordarle a la gente que existe desde el siglo XI antes de Cristo. Lucharé por ser capaz de transmitir esa emoción de que la playa no es un mero objeto decorativo, sino que somos tú y yo paseando en un silencio roto por el murmullo de las olas. La acuarela es una forma de dar rienda suelta a los sueños y de comunicarse con las personas. –¿Lucha con la acuarela? –Sueño, vivo y duermo con la acuarela. La admiro y la pinto en su forma sólida y líquida. Aunque hablo de la emoción, también es muy importante tener una técnica muy depurada, donde lo principal es la transparencia. Además, suelo experimentar para ver cómo se comporta la acuarela sobre diversos tipos de papel. Intento dominarla y que no sea ella la que me domine a mí, a pesar de lo cual estoy abierto a todo lo que me pueda sugerir.

–Y de nuevo en su obra, la sutileza.

–A lo mejor si todos fuéramos más sutiles y nos susurrásemos más cosas al oído, como en la película del hombre que susurraba a los caballos, emocionaríamos a los demás y crearíamos un mundo mejor. Todo esto nos lleva a las teorías de reivindicar la libertad y la igualdad, estoy de acuerdo pero yo quiero reivindicar la cultura, porque sin ésta no tendríamos lo primero.

–En épocas de crisis, como la actual, la cultura vuelve a estar en un segundo plano.

–Es muy triste que se haya dejado de lado, porque la cultura no es necesaria para comer pero nos ayuda a vivir mejor.

–Es una persona hipersensible. ¿Cómo traslada esa sensibilidad a los cuadros?

–Es que mis cuadros son una representación de que yo quiero vivir existiendo, no simplemente vivir, cuestionándome muchas cosas dentro de mis espacios de silencio, los cuales reivindico. Mientras, sigo transitando.

–En esta ocasión por Villapresente.

–Esto es la nada (señala una de sus obras). El camino fácil habría sido colocar alguna figura en mis cuadros, sobre todo desde el punto de vista del marketing, pero he querido prescindir porque esto es lo que quería pintar. En algunas obras hay figuras porque me ayudan a dimensionar el cuadro, pero en este caso quería ir en esta línea de pureza. Me fastidia mucho cuando la gente me dice que mis obras están hechas con ‘gouache’ (pintura diferente a la acuarela) porque no es así. Trabajo con varios tipos de papel y en esta exposición he introducido uno comprado a través de una librería inglesa y que viene de Nepal. Es un papel que cambia de color cuando lo mojas, lo que implica trabajar mucho a posteriori e ir fundiendo poco a poco.

–¿Utiliza el papel y sus texturas para expresarse?

–Sí, porque quiero abrir los ojos a la gente para que se anime y vea las posibilidades que tiene el mundo de la acuarela. El lenguaje del papel es maravilloso e investigar en este sentido es fundamental porque habla por sí solo.

–¿Pinta de memoria?

–Hay de todo. El cabo de Oyambre y el pueblo de Trasvía me los sé de memoria, pero trato de captar el ambiente, cada momento. No es una cuestión de fotografía y paisaje, sino de vivir el instante.

–¿Cómo es el proceso desde que inicia una obra hasta que la termina? ¿Por cuántos estados de ánimo pasa?

–Hay frustración porque conozco cuáles son mis limitaciones. Antes pintaba acrílico y hacía retratos, pero si me pongo ahora ya no me salen igual. Sería algo pretencioso por mi parte. Ojalá pudiera recrearme en otros ámbitos, como las figuras marroquíes de Fortuny, pero no dispongo de tiempo.

–¿Cómo le ha afectado la pandemia?

–Tuve la gran suerte de quedarme solo en mi casa de La Revilla. Aprendí a sosegarme, a estar tranquilo, en silencio, y a no tener prisa. Era triste porque veía sufrir a mucha gente, pero debo reconocer que me vino bien.

–¿Qué es Cantabria para usted?

–No sé si soy medio cántabro o hasta tres cuartos ya.

REIVINDICAR

«Continúo con mi particular lucha de reivindicar la acuarela y recordar que existe»

FORMA DE VIDA

«La acuarela es una forma de dar rienda suelta a los sueños y comunicarse»

CANTABRIA

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2021-07-27T07:00:00.0000000Z

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