En el aspecto artístico la nota ha sido alta, en el monetario... No tanto. José María Garzón, presidente de la empresa ‘Lances de Futuro’ y actual gerente de la Plaza de Toros de Santander, ha hecho un balance de la miniferia taurina llevada a cabo entre el 22 y el 25 de julio, con un espectáculo de rejones y tres corridas de toros. «Económicamente –asegura– ésta no ha sido una la feria soñada. Las medidas sanitarias contra el covid nos han hecho doblar la plantilla de trabajadores hasta alcanzar el centenar. Sólo en seguridad se contrataron a 28 profesionales, entre vigilantes y auxiliares. Todos los días se compraron mascarillas para los empleados de la plaza, cinco o seis personas se dedicaron a poner pegatinas recordando las medidas de seguridad y se encargaron del vallado. Tuvimos cada día tres ambulancias aparcadas junto a la plaza. Unas pocas personas conocen todo esto», afirma Garzón. Además, todas las tardes, en las puertas de acceso a la plaza se tomó la temperatura a los aficionados y se les obligó a frotarse las manos con gel hidroalcohólico. Ya en interior se dispusieron los asientos señalizados para mantener la distancia de seguridad y dos o tres veces, por megafonía, se recordó la obligación de permanecer con la mascarilla puesta por encima de nariz, de no fumar o bapear y no comer ni beber en el interior del recinto. Garzón estima «que estas medidas han supuesto entre un 22 y un 23% del coste total de la feria».

El máximo responsable de ‘Lances de Futuro’ destaca, además, «que de mi equipo personal tuve que traer a diez personas que han estado 20 días en Santander, entrando a trabajar a las ocho de la mañana y saliendo a las once de la noche».

A todo esto, y siempre según José María Garzón, hubo que sumar el cierre de los bares del interior de la plaza «que siempre aportan una ganancia más». Y en cuanto al resultado de todas estas medidas de prevención, afirma que «los datos del plan de contingencia están ahí, en manos de los técnicos sanitarios» y reconoce ademas que, a pesar de todo,

«se trataba de dar toros en Santander y era mi obligación seguir adelante».

Aún así, dice que «hemos pasado muy malos momentos, tanto yo como Indalecio Sobrino y Juanjo –Juan José Sánchez Asensio, subdirector general de Salud Pública del Gobierno de Cantabria– además de mi equipo. He visto muchos días la feria suspendida, cuatro o cinco antes de su comienzo. Es la feria que más pendiente he visto de todas que he organizado, en una situación extrema. Pero había que tirar para adelante. Han sido muchas noches que pasé sin dormir y me consta también que la alcaldesa. Afortunadamente los momentos adversos se han solventado bien. Este año era especial y la coordinación con Indalecio y Gema Igual ha sido muy buena. Tengo además que agradecer el apoyo dado por la Delegación del Gobierno».

El resultado artístico

Distinta es la valoración artística de esta miniferia. Para Garzón, «en mi opinión no ha sido sobresaliente, pero sí notable, teniendo en cuenta la situación límite en la que estábamos. La presentación del ganado ha sido buena y hemos visto a un Diego Ventura arrebatador, un Morante que se sale, un Emilio de Justo muy comprometido, un gran Perera con un lote muy complicado y un Diego Urdiales de nivel alto. Incluso se mascó tragedia con Ureña. Las reses de Torrealta tuvieron movilidad y vimos cosas interesantes en la corrida de La Quinta. Los toros no se han caído y la gente se lo ha pasado bien, que eso era lo importante». Reconoce el empresario que se emocionó con la gran ovación que recibió cuando por megafonía, la última tarde, se agradeció la presencia del público, al que se emplazó para la feria 2022: «La verdad es que no me lo esperaba».