Kiosko y Más

Diego Botín, tras los pasos de Jan Abascal

El cántabro inicia hoy junto a Iago López su asalto al campeonato olímpico de 49er, una de las grandes bazas de la vela española

ASER FALAGÁN

Hace 41 años un santanderino, Alejandro Abascal (Jan como nombre de guerra y Jane para los amigos) conseguía lo que parecía un imposible en la España de la Transición: un campeonato olímpico. El deporte español se desperezaba del franquismo y ese chaval de Santander que se había tenido que marchar a Palamós para entrenar junto a Miguel Noguer se convirtió de pronto en el tipo de moda. Eran los Juegos de Moscú, aunque Noguer y él navegaron en aguas de Tallin, en Estonia. Todo aquello era la Unión Soviética y el triunfo era más simbólico para una España que reestrenaba democracia y comenzaba a asomarse al mundo, como trataba de hacerlo su deporte.

Hasta entonces el deportes español había ganado doce medallas olímpicas en toda su historia. Once en los Juegos de verano y el oro de Paquito Fernández Ochoa en los de invierno de Sapporo. El de Abascal y Noguer fue el segundo oro estival de la historia y el primero en 52 años, tras la gesta de 1928 en hípica en París, en la que por cierto también había un cántabro en el trío ganador: el reinosano Julio García.

Hasta el nombre de la clase tenía mucho de simbólico: Flying Dutchman (Holandés Errante), y el barco luce aún en el Centro Especializado de Alto Rendimiento de Santander, sede de la Federación Española y de algunos de los equipos olímpicos. La referencia no es casual, porque hoy se echa al agua el 49er español, una de las mayores opciones de medalla en vela, con el santanderino Diego Botín y el gallego –de Portosín– Iago López a bordo. Dos de los muchos descubrimientos de Jan Abascal, su padre deportivo, durante las dos décadas en la que fue seleccionador y director técnico del equipo español de vela. Las mejores de su historia, que coincidieron además con la época en que Santander era sede única y permanente del equipo olímpico. Desde su marcha no ha vuelto a caer medalla en vela, el deporte más laureado en la historia del deporte español. Significativo.

Abascal verá las regatas desde su casa. Pero lo hará con atención. Casi todo el equipo olímpico se formó aún bajo el mando de uno de los grandes de la vela española, mentor y admirado por los Doreste, Theresa Zabell y todos los tótems de este deporte.

Hoy Diego Botín (Santander, 1993) debuta en los Juegos. La primera regata está prevista para las 7.50 de la mañana (salvo que se produzcan las reprogramaciones tan frecuentes en vela) y como le ocurrió a su mentor no competirá en la cuidad que da nombre a la convocatoria, sino en Enoshima. Están programadas tres regatas, de modo que la competición se prolongará, previsiblemente, hasta bien superado el mediodía español. La competición regular se prolongará hasta el sábado, con doce regatas puntuables, mientras que la medal race tendrá lugar el lunes 2 de agosto, a partir de las 8.33 de la mañana en horario español.

Botín y López llegan a los Juegos como vigentes subcampeones mundiales, con lo que su opción de medalla es más que evidente, y optan incluso a convertirse en campeones olímpicos, terminando así con la extraña se

quía que ha vivido la vela española. Esa que comenzó a despertar al deporte español de su letargo antes incluso del punto de inflexión de Barcelona 92. Porque antes de aquel festival de medallas, cuando el hecho de que un español subiera al podio era extremadamente extraño, ya había concatenado cuatro Juegos con presea: José Luis Doreste en Seúl 88, Luis Doreste en Los Ángeles 84, Abascal y Noguer en Moscú 80... y otro cántabro, Toño Gorostegui, en Montreal 76.

A buen seguro una victoria de Botín serviría en cierto modo de revancha a la vela cántabra de aquellos juegos de Sidney en el que una pareja nétamente cántabra, la formada por Santi LópezVázquez y Javier de la Plaza, se quedó a las puertas del podio en la misma clase 49er. Los santanderinos, entonces entrenador por Abascal, llegaban como campeones del mundo y grandes favoritos al oro, pero se quedaron a las puertas. Ahora López-Vázquez es el entrenador del equipo olímpico español y puede ser testigo de excepción del un éxito aplazado durante demasiado tiempo. De ser así, otro cántabro y un gallego serán los culpables. Los responsables de terminar con la sequía.

DEPORTES

es-es

2021-07-27T07:00:00.0000000Z

2021-07-27T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/282411287349395

ABC