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LA MAGA DE LA SERPIENTE

Texto LETICIA GARCÍA

Comenzó ayudando a seleccionar gemas. Ahora Lucia Silvestri, directora creativa de Bvlgari, se enfrenta al reto de diseñar piezas

históricas que seduzcan a las nuevas generaciones.

Estuve en el lugar adecuado en el momento adecuado", repite Lucia Silvestri varias veces durante la conversación. Lo cierto es que la directora creativa de una de las casas joyeras más emblemáticas del mundo terminó siendo su directora de diseño casi por casualidad. Acababa de entrar en la universidad para estudiar Biología cuando su padre, que trabajaba en la casa, la llamó para una trabajo de verano, tres meses cubriendo una baja en un puesto administrativo. "Ahí me empecé a fascinar por las gemas; sus colores, sus formas, el proceso para encontrar y comprar las mejores...", cuenta vía Zoom desde su oficina en Roma. De aquello han pasado más de 40 años. Le ofrecieron un puesto asistiendo a los gemólogos; después, trabajó seleccionando zafiros y fue ascendiendo hasta encargarse de la búsqueda y la compra por todo el mundo de las piedras preciosas, un trabajo que sigue desempeñando a día de hoy. "En 2013, el señor Bvlgari (Paolo, bisnieto del fundador) pensó que sería buena idea que me ocupara también de la dirección artística por mi implicación con los materiales, después de tanto años conocía todos los procesos", dice.

Desde entonces, el trabajo de Lucia Silvestri consiste, básicamente, en cambiar para que nada cambie. Adaptar, por ejemplo, las emblemáticas colecciones Serpenti, que existen desde hace 80 años, a las demandas de la joyería actual. "Un pie en el pasado y otro en el futuro, así trabajamos", afirma, mientras enseña a la cámara bocetos, esquemas, pequeños eslabones, paneles de gemas... El reto es doble, porque, pese a su historia, plagada de piezas míticas y celebridades asociadas a las casa en el imaginario colectivo, Bvlgari nunca ha querido hacer caja con el pasado, sino con el presente. Enfocarse, incluso, a un público más joven que la clientela media que consume joyería de alta gama "y a todas esas mujeres que compran piezas para sí mismas", cuenta Silvestri. "Pensamos, por ejemplo, en joyas que se puedan llevar todos los días, con vestidos y con vaqueros. Pero que sean fáciles de llevar no quieren decir que sean minimalistas o discretas, quiere decir que sean prácticas". Mezclar la funcionalidad con la exuberancia que moldea el ADN de la firma, es el segundo reto de Silvestri y su equipo. "La combinación de colores es el inicio de todo, probamos

distintas piedras y cortes y posteriormente vemos cómo se puede unir el resultado de forma innovadora y práctica", explica mientras enseña una gargantilla de la nueva línea de Serpenti, Viper, ensamblada de tal forma que las escamas de la serpiente permiten que la pieza se retuerza y se maneje casi como un fino alambre. "Desde que creamos el prototipo en cera hasta que damos con el resultado adecuado transcurre una media de nueve meses, incluso un año", dice. "Las gemas las voy comprando en viajes y las voy guardando. Puedo usar algunas que compré años antes".

Lucia, además de jefa de diseño, es lo que en la casa llaman Gem Hunter, cazadora de gemas. De hecho, durante los meses de confinamiento, y ante la imposibilidad de realizar eventos con las célebres embajadoras de la firma, Silvestri se convirtió en la mejor herramienta de comunicación de Bvlgari. Ofrecía clases magistrales semanales sobre gemología, explicando la historia, la procedencia y el uso de las distintas piedras, o "regalos de la naturaleza", como ella misma los llama. De ahí que su nueva colección de alta joyería esté centrada en esos viajes que le llevan a dar con piedras desconocidas, como la turmalina Paraiba, una gema descubierta en los años ochenta que brota en las minas de Brasil y Mozambique: "Tiene decenas de matices en su interior, para mí no son imperfecciones, al contrario, son las huellas del poder de la naturaleza", relata. Con esta rara gema azul ha creado una colección cápsula (su escasez no permite otra cosa, solo se encuentra una por cada 10.000 diamantes) que marca el inicio de Colour Journeys, una serie de creaciones limitadas que girarán en torno a piedras difíciles de encontrar y pondrán en valor el espíritu viajero de la casa, su empeño por recorrerse el mundo hasta dar con la gema del color y la proporción adecuada. El trayecto comenzó en el siglo XIX con Sotirios Voulgaris, fundador de la casa, que se trasladó de Grecia a Roma para hacer negocio con sus joyas de piedras extrañas que replicaban las piezas de la Antigüedad, y termina con Lucia Silvestri, que recorre las minas de todo el mundo para actualizar su legado

“Hacemos joyas prácticas, que se lleven con camiseta, pero que sean funcionales no

significa que sean discretas”

BACKSTAGE LA MIRADA

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2021-06-19T07:00:00.0000000Z

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https://lectura.kioskoymas.com/article/282029035186103

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