Etro dedica su primer perfume en tres años a la magnolia. Veronica Etro reflexiona sobre una maniobra poco común.

Cuando Gimmo Etro, fundador de la firma que lleva su apellido, se aventuró en el mundo de la perfumería, eligió un camino inusual. A finales de los años ochenta ya comenzaban a tomar forma los grandes conglomerados del lujo, cimentados sobre los jugosos beneficios de la cosmética: en 1985, Bernard Arnault se hacía con Dior para un par de años después crear LVMH y en 1988 aparecía el grupo Richemont. Pero Etro apostó por otra estrategia. "Mi padre decidió lanzar la colección de fragancias por su gran pasión hacia los perfumes", recuerda su hija Veronica, directora creativa de la colección femenina de la marca. Frente a las lucrativas licencias, la casa se decantó por la alternativa de lo nicho con fórmulas elaboradas internamente, en colaboración con narices de prestigio, por una calidad tan alta como el precio y una distribución muy seleccionada. "No quisimos que fuesen un mero producto comercial. La colección concibe el perfume como un arte del intelecto y una alquimia artesanal que infunde emociones embriagadoras a recuerdos atemporales", defiende la diseñadora.

La compañía familiar que hizo del paisley su estampado y seña hoy está en manos de Veronica y sus hermanos –Kean, Ippolito y Jacopo–, pero mantiene aquella filosofía. Si las normas del sector imponen arrojar al mercado varias novedades cada año, ellos van a su ritmo y estrenan ahora su primer aroma desde 2018. "Los últimos se caracterizaron por la elección de una flor como ingrediente principal: después del jazmín en Udaipur y la rosa en Shantung, White Magnolia se caracteriza por la esencia de magnolia".

Una composición obra del maestro perfumista Olivier Cresp, artífice por ejemplo de aquel hito que fue Agua de Loewe. "Estoy profundamente encantada con la frescura y franqueza de esta flor. Me encanta en la naturaleza, me encanta su

“No quisimos que nuestras fragancias fuesen un mero producto

comercial”

intensidad y su aroma floral, fresco y cítrico", dice la diseñadora sobre su último lanzamiento. Ella se incorporó a la empresa tras graduarse en Central Saint Martins en 1997, pero aún disfruta junto a su progenitor: "Todavía trabajo muy cerca suyo, me gusta compartir su visión en las elecciones. Este año cumplió 80, pero sigue muy metido en el negocio, es muy curioso y le divierte"