Kiosko y Más

Casado intenta el asalto a La Moncloa con una ofensiva económica y la absorción de Cs

ELSA GARCÍA DE BLAS, Madrid

El PP se ha puesto manos a la obra. Las elecciones de Madrid han dado un sorpresivo impulso al principal partido de la oposición, que ni sus dirigentes esperaban, y que Pablo Casado quiere aprovechar para llegar a La Moncloa. El plan de ataque del PP consiste en una ofensiva económica contra Pedro Sánchez, centrada en la gestión de los fondos europeos, que auditará un equipo del partido, y en culminar la absorción de Ciudadanos en su convención de otoño. Los populares están buscando ya a los más de 8.000 candidatos a las municipales de 2023.

“Ahora nos toca olvidarnos del tema interno. Hay que hablar con la sociedad”, resume un importante miembro del equipo de Casado. Hasta ahora, al líder del PP se le había reprochado que el partido estuviera enredado en una renovación provincial que ha despertado tensiones con los barones. Pero este proceso —que ha tenido como hito, la semana pasada, la renuncia de la líder del PP en la Comunidad Valenciana, Isabel Bonig, para dejar paso al candidato de Génova, Carlos Mazón— se da por prácticamente concluido en el cuartel general del PP. Superada esa fase, Casado se propone ahora culminar las dos etapas que le faltan por recorrer en su camino hacia La Moncloa: la reagrupación del centroderecha y transmitir a la sociedad cuál es su proyecto alternativo al del Gobierno de Pedro Sánchez.

El PP está eufórico por el resultado de las elecciones en Madrid y proclama que hay un cambio de tendencia que les favorece tras la victoria de Isabel Díaz Ayuso. En Génova se agarran a dos encuestas recientes que se han publicado tras el 4-M para afirmar que el PP ya es primera fuerza por delante del PSOE, y en ese clima los populares van a apretar al Gobierno con una ofensiva de oposición dura por el tema económico.

Casado espera encontrar puntos débiles en el plan de recuperación que gastará en tres años los 72.000 millones del fondo europeo, porque es un volumen ingente de dinero que supone un desafío de gestión. Para localizarlos, el PP ha creado un grupo de trabajo interno, formado por diputados y senadores, que “auditará hasta el último euro” para conocer en qué se gasta España el dinero procedente de Europa, según explican fuentes de la dirección popular. Este equipo está dirigido por la economista Elvira Rodríguez, exministra y expresidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, y por Cuca Gamarra, la portavoz parlamentaria del PP. Con ellas se coordina el diputado almeriense Miguel Ángel Castellón, el nuevo referente del PP en los asuntos económicos.

Además, el PP va a centrar su ofensiva de oposición en “recuperar el prestigio de las instituciones”, como la Fiscalía General del Estado, dirigida por la exministra de Justicia con el PSOE Dolores Delgado, RTVE y el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que ha quedado tocado tras el desvío de sus predicciones sobre los comicios de Madrid.

por la base” que promueve el secretario general de los populares, Teodoro García Egea.

Pero además, en la convención de otoño el PP pretende culminar el abrazo del oso a Ciudadanos atrayendo a algunas de sus figuras históricas más relevantes —el objeto de deseo es sobre todo el exlíder de la formación liberal, Albert Rivera— a partir de una cierta apertura ideológica. Es decir, incorporando ideas propias de Ciudadanos, para que el desembarco de estos exdirigentes no sea directo al PP. “Es más importante el programa que un cambio de siglas de determinados cargos o personas. Se trata de que haya personas que vuelvan al PP con un pegamento de ideas comunes”, explica un relevante dirigente popular implicado en preparar la convención. Casado quiere también “abrir el PP a la sociedad civil” en esa cita, lo mismo que hizo Rivera en la expansión de Ciudadanos.

Estrategia centrista

El líder del PP sabe que sin reunificar a la derecha no llegará a La Moncloa, y la otra pata es Vox. La extrema derecha ha aguantado en Madrid a pesar del tirón de Ayuso, aunque ha dejado de crecer. Pero a pesar de que Ayuso ha ganado con un discurso de batalla cultural contra la izquierda y mano tendida a Vox, Casado y su equipo creen que no tienen que desviarse de su giro centrista. No hay previstos cambios en su relación con el partido de Santiago Abascal, con el que Casado rompió en la moción de censura del pasado octubre. “Las elecciones madrileñas han validado la estrategia de Casado. Tenemos que ocupar un espacio fronterizo con el PSOE. Que un votante de centro se pregunte si quiere votar al PSOE y al PP”, explica un dirigente del cuartel general.

El siguiente hito en el calendario del PP son las elecciones andaluzas, que, según fuentes de la dirección popular, no se van a adelantar. En todo caso, serán las primeras, y también pueden constituir un acicate para la derecha porque las encuestas sonríen al presidente andaluz, el popular Juan Manuel Moreno Bonilla. Después vendrán las municipales y autonómicas en 2023, siempre que no se adelanten las generales, aunque el Gobierno pretende agotar la legislatura.

A dos años vista, el PP ya está buscando a los más de 8.000 candidatos a alcaldes que presentará en las municipales. Génova quiere aprovecharlos para empujar a Casado en las generales. Los populares se ven en mejores condiciones que el PSOE para afrontar los próximos procesos electorales porque los socialistas acaban de entrar en un proceso interno a cara de perro en Andalucía y en Madrid. “Mientras el PSOE afronta ahora sus guerras internas con las encuestas a la baja, el PP ya ha librado todas sus batallas internas y tiene a toda la organización ocupada en seleccionar a los mejores candidatos en municipios formando un equipo cohesionado por la base que lleve a Casado a La Moncloa”, defienden fuentes populares.

ESPAÑA

es-es

2021-05-10T07:00:00.0000000Z

2021-05-10T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281694027656559

Prisa