Los sueldos que pagan las grandes tecnológicas en España son estupendos, pero palidecen al compararse con lo cobran los mismos profesionales en Estados Unidos, país de origen de todas estas firmas. Un empleado en el mismo puesto ingresa en el país norteamericano entre el doble y el triple que uno que desarrolla el mismo trabajo en España. Eso sí, incluso por encima de la aversión de estas compañías a pagar impuestos está su rechazo a la sindicación de los trabajadores. Las escasas protestas de sus plantillas nada tienen que ver con sus condiciones salariales o laborales. El fracaso de quienes hace poco impulsaron un sindicato en un almacén de Amazon en Alabama, rechazado ampliamente por la plantilla, es solo una muestra de que la sindicación no es una prioridad para los empleados de estas firmas.