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El plan para prevenir el cáncer de mama no llega al 50% de las mujeres

ISABEL VALDÉS, Madrid

Madrid es la región en la que el Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama (Deprecam) está menos extendido. Pese a que el objetivo que fijan las autoridades sanitarias es que el plan dé cobertura al 75% de las mujeres de entre 50 y 69 años, en Madrid nunca ha superado el 50% en el último lustro. Es más, el alcance del programa se ha ido reduciendo, y la crisis sanitaria desencadenada por la covid-19 ha agravado la situación. En 2017, el Gobierno regional anunció que revertiría la gestión del Deprecam, hasta entonces externalizada, al sistema público, pero cuatro años después, la internalización aún no se ha completado.

Uno, dos, tres intentos. Ana María Díez repitió durante dos días la marcación en su móvil para intentar contactar con el Centro Médico Maestranza, uno de los que la Comunidad de Madrid le daba como opción para ir a hacerse la mamografía que le tocaba dentro del Deprecam, destinado a mujeres mayores de 50 años. Le habían enviado una carta con el listado de centros, con la dirección y el teléfono de contacto. Acabó buscando el número en internet: “Venía otro, llamé y ahí sí lo cogieron. Pensé que cómo podía ser que viniese mal el contacto en la carta de la Comunidad”.

En la clínica le dijeron que estaban “saturadísimos”, “que buscase otra”. Lo hizo. En el hospital Beata María Ana, también tras varios intentos, descolgaron: “Que tenían de dos a tres meses para citar. Les dije que me pusieran para septiembre. Sin más explicaciones me contestaron que no podían, porque va a llegar un momento en el que van a cortar, que van a dejar de hacerlas”.

Los problemas que tuvo Díez solo para fijar una cita muestran por qué Madrid es la comunidad donde está menos extendida la campaña de prevención del cáncer de mama, que ya es el de mayor incidencia del mundo. Un análisis de los datos facilitados por la Comunidad tras una petición por Transparencia de la Asociación Madrileña de Enfermería (AME) refleja el retraso de la región. Su vicepresidente, Víctor Jiménez, explica que “no alcanza ni a la mitad de las mujeres que podrían entrar en el programa en los últimos 10 años, y disminuye año a año: 2016, un 46,5%, 2018 un 43% y el pasado año, con la pandemia, se espera que ni siquiera llegara al 30%”.

El programa, que arrancó en 1998, estuvo externalizado hasta 2017: dinero público, gestión privada. Aquel año el Gobierno regional anunció que lo llevaría a los hospitales del Sistema Madrileño de Salud (Sermas). Pero en 2021, los problemas siguen y la internalización no ha terminado.

El último informe de la plataforma Audita Sanidad, con datos de 2013 a 2018, concluye que los “indicadores de proceso y resultados del Deprecam son inferiores a la mayoría de las comunidades autónomas que facilitan datos a la Red de Programas de Cribado de Cáncer en España [a la que Madrid no aporta cifras desde 2011]. La cobertura en Madrid no llega al 50% de las mujeres admisibles al programa cuando la cobertura deseada es del 75%”. Navarra tiene un 78,19% y Galicia un 74,6%, según esa red. Y ninguna de las que da datos baja del 55%.

Un portavoz de la Consejería de Sanidad reconoce que la “cobertura de Madrid en la ronda previa ha sido del 45%”. La respuesta de Transparencia a AME, añadía que “en la actualidad para la ronda de 2019-2020, se han enviado 331.120 cartas de invitación al programa y se ha citado a 258.064 mujeres”. En los últimos seis meses, la Comunidad “ha remitido carta de citación directa de cribado a 157.926 mujeres”, explica el portavoz. La región, en la edad diana para participar, de 50 a 69 años, tiene 889.330 mujeres en 2020, según el padrón del INE.

Poco alcance

La diferencia entre la población del INE y la que la Comunidad cita es, según la fuente oficial, porque “Deprecam trabaja con la población habitual de Cibeles, el sistema de identificación único de usuarios del Sermas, que reúne los criterios homogéneos de filiación en los centros de atención primaria y especializada para facilitar la comunicación y seguimiento de las mujeres en las pruebas pertinentes y garantizar la periodicidad bienal que el programa requiere”. Es decir, que debido a esos criterios, por el momento, quedan fuera de esa invitación directa para el cribado 731.404 mujeres, el 82,2% del grupo diana por edad con las cifras del INE.

En Madrid, los últimos datos del Observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer, de 2020 con información de 2018, cifran en 4.797 los diagnosticados; es la tercera autonomía con mayores cifras totales y la primera si se observa por provincias.

Jiménez cree que la población a la que se deja fuera es “otro de los muchísimos problemas que arrastra: retrasos, opacidad y privatización”. “Externalización”, es el eufemismo que usa la Comunidad. Comenzó a la par que el programa y el portavoz de la Consejería explica que fue por “la necesidad de dar una respuesta adecuada a esta demanda”. Justo 23 años después y cinco tras el compromiso del Ejecutivo de devolver al sistema público las pruebas, “quedan cuatro hospitales por internalizar”, cifra esa fuente oficial. Aún con ese proceso en marcha, las clínicas privadas no han dejado de hacerlas —este año hay acuerdo con siete centros— y los servicios públicos se enfrentan a un volumen de pruebas que según Jiménez no pueden cubrir. “Falta personal y es materialmente imposible que se pueda asumir. Los hospitales que lo hacen es a costa de horas extra y alargar las jornadas de los profesionales”.

La Comunidad es consciente de los retrasos que ha añadido la crisis sanitaria: “La reorganización en la gestión y la pandemia han generado alteraciones en la cobertura, pero se está trabajando en la recuperación”. Lo que es “seguro”, dice Ana María Díez, es que con dinero se hacen. Ella preguntó en el Centro Maestranza si las hacían por privado: “Entonces sí, 200 euros. Y ahí sí había cita”.

MADRID

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2021-05-10T07:00:00.0000000Z

2021-05-10T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/282239488503151

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