Ejecutivos de confianza del financiero mexicano Allen Jesús Sanginés-Krause han culminado la compra del Hotel Bless de Madrid, segunda joya del porfolio europeo de albergues de lujo que está reuniendo la firma RLH Properties. La sociedad compradora, con sedes en México DF y Madrid, es parte del conglomerado mexicano que encabeza BK Partners, propiedad de Sanginés-Krause.

Exdirectivo de Goldman Sachs, entre 2016 y 2018 nutrió con cientos de miles de euros unas tarjetas de crédito opacas para el rey emérito. Su proceder forma parte de las investigaciones sobre las cuentas de Juan Carlos de Borbón. Ante la fiscalía, Sanginés-Krause afirmó que agasajaba al exjefe de Estado «por admiración».

La compra del Hotel Bless supone la reaparición de la mano de Sanginés-Krause en los negocios de Madrid tras un discreto repliegue durante el que para su amigo Juan Carlos ha sido un annus horribilis de revelaciones y expatriación. Las autoridades fiscales tratan de aclarar si aquellos regalos al emérito son donación o préstamo y la cuantía total.

El Bless, antiguo Hotel Velázquez, está cerrado desde la llegada a Madrid del coronavirus. Las hojas secas de sus macetones se arremolinan en la puerta de entrada, en la calle de Velázquez, pleno corazón de la milla de oro madrileña. Dentro, cien habitaciones de cinco estrellas de a 500 euros la noche.

El hotel se vendió el 16 de julio; el día 23, recogió el BOE la entrada en el consejo de administración de Breda Capital (dueña del Bless) de tres hombres de Sanginés-Krause: Borja Escalada, Mohamed Nasif y Diego Laresgoiti.

Escalada preside Nilaya Properties, propiedad de RLH. A través de Nilaya ha comprado este hotel y, en otoño de 2018, compró el Hotel Villamagna, su primer cinco estrellas en Madrid.

Nilaya, inscrita en España y Panamá, ha pagado 60 millones. Los vendedores son Jaime Ardid Martínez-Bordiú y sus hermanos, hijos de Mariola Martínez-Bordiú, la nieta más rica de Franco.

La venta del hotel se produce tras la entrada de los descendientes de Franco en el paisaje azteca de celebridades y negocios. Javier Ardid, hermano de Jaime y copropietario del hotel vendido, se casó en enero de 2019 con Fernanda Estévez Hinojosa, integrante de la alta sociedad mexicana.

Repliegue

Desde la primavera de 2020, con las revelaciones sobre la fortuna de Juan Carlos I, Sanginés-Krause dejó de ser un financiero discreto para convertirse en referencia en la investigación sobre el monarca. Su despacho en la lujosa plaza de la Lealtad de Madrid empezó a decir a los periodistas que ya no opera en la ciudad. En mayo dejó la presidencia de Nilaya a Escalada.

Iniciaba un prudente retiro, pero manteniendo en Madrid un exclusivo edificio de apartamentos y una red de oídos atenta a oportunidades poscovid en la Costa del Sol y la Costa Blanca. RLH Properties anunció hace un año que habilitaba 250 millones para compras en España.

Amigos mexicanos

El archivo del BOE guarda una disposición del exministro de Exteriores Josep Piqué, que, en enero de 2001, pasó a la firma del rey Juan Carlos una propuesta para conceder la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica al abogado mexicano Juan José Bremer, que acaba de dejar la embajada de México en España. El 20 de enero firmó Juan Carlos la disposición; «…queriendo dar una prueba de mi real aprecio», dice. Es una fórmula que va más allá del consabido «en atención a los méritos y circunstancias…» con que se suele orlar la distinción.

Se despedía así el monarca de quien se había hecho amigo cercano y le había presentado a otro amigo que se haría más próximo aún. Bremer está en el inicio de la amistad de Sanginés-Krause con el rey, cuando Goldman Sachs encargó al mexicano que dirigiera sus inversiones en España y Rusia.

Hoy, Jerónimo y Juan Cristóbal Bremer, hijos del embajador, son ejecutivos del conglomerado de BK Partners, donde el propio diplomático es socio asesor.

Los Ardid Martínez-Bordiú, bisnietos de Franco, son los vendedores del establecimiento