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‘A la caza del amor’, en busca de ellas mismas

Emily Mortimer adapta el libro de Nancy Mitford en una serie que llega mañana a Movistar+.

J. M. F.

La gran Emily Mortimer, conocida sobre todo como actriz (muchos seriéfilos la recordarán como Mackenzie de The newsroom), ya había dado muestras de talento como guionista televisiva creando Doll & Em con Dolly Wells. Ahora se revela, además, como directora a seguir con la miniserie A la caza del amor, escrita por ella misma a partir de la novela de Nancy Mitford de 1945 sobre dos primas y mejores amigas aristócratas que buscan su realización personal por vías diferentes, siempre perseguidas por la mirada sexista de la sociedad inglesa de entreguerras. Su primera parte (de tres) llega a Movistar+ mañana.

Lily James (Baby driver, Yesterday) interpreta a Linda, sexualmente liberada, mientras que el papel de Fanny, con más presencia que en el libro, recae en Emily Beecham (Little Joe). Las actrices despliegan una química propia de primas, mejores amigas o colaboradoras desde tiempos inmemoriales, pero nunca habían trabajado juntas. «Encontrar la química fue fácil porque Lily es una persona muy abierta», señala Beecham.

«Por otro lado», continúa James, «que te dirija Mortimer es lo mejor que te puede pasar. Las tres compartíamos la pasión por el texto fuente y querer hacer una serie lo más reveladora, lo más valiente posible. Superar todas las ideas preconcebidas que pudiera tener nadie sobre ese libro, esa época o las mujeres».

En la vibrante miniserie, Mortimer subraya el componente satírico del libro de Mitford, roman à clef sobre la propia familia de la autora, ejemplo de aislamiento y xenofobia. Dos de las seis hermanas Mitford, Diana y Unity, fueron conocidas por apoyar al fascismo; otra de ellas, Jessica, abrazó el socialismo y se fugó de casa para luchar en la guerra civil española. El nefasto Tío Matthew (Dominic Cooke) de novela y serie es un trasunto del padre de todas ellas, el barón de Redesdale, hombre xenófobo y misógino para el que una hija con pensamiento propio (de cualquier signo político o filosófico) parecía ser una pesadilla.

«No es tan difícil encontrar paralelismos entre lo que Mitford escribió y los problemas y luchas actuales de la mujer», sostiene Beecham. «Todavía hoy sentimos esas presiones sociales, esos juicios». James alude a la pervivencia del concepto de femineidad: «¿Qué significa? ¿Por qué debemos

ajustarnos a él? Cada día recibimos mensajes contrarios sobre lo que se supone que ha de ser una mujer. Nuestros personajes creen liberarse al salir de casa, pero su lucha contra el statu quo solo se hace más y más grande una vez en el mundo real».

Su búsqueda del amor y de algún significado para sus vidas se bifurca por distintos caminos. (Emily): «Fanny y Linda son realmente diferentes. La primera fue abandonada por su madre [Emily Mortimer], que fue denigrada por la sociedad por pasar de un marido a otro, e intenta buscarse a sí misma, ser tomada en serio y tener las mismas oportunidades que su esposo. Linda también busca esa autonomía, pero de forma diferente, más impulsiva». Aparente mezcla de varias hermanas, incluyendo la propia Nancy, Linda se lanza a la caza del romance más pasional posible. Para Mortimer, hay algo rock’n’roll en todo ello. De ahí que la banda sonora esté cruzada por canciones anacrónicas de Le Tigre, Sleater-Kinney o Cat Power. «Teníamos una playlist con esa música y la oíamos todo el tiempo, mientras nos maquillaban, por ejemplo», cuenta James.

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2021-08-01T07:00:00.0000000Z

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