EL EXPERTO en zoología y antropología biológica y profesor en la Universitat de Barcelona, Alberto Maceda-Veiga, regresa a sus raíces en la comarca sarriana para explorar el impacto que provocan las prácticas agrícolas tradicionales en las aguas de los ríos en un estudio en el que colaboran otros investigadores y que será publicado en la revista científica Science of the Total Enviroment. En este caso se fijaron en el Lóuzara, a su paso por Santalla, en Samos, y en la cabecera del Cabe, en Saa, en la parroquia inciana de San Pedro. ¿Por qué en estos lugares? Porque es la actividad humana mayoritaria en el área de estudio. Cuando queremos estudiar un impacto interesa que el área de estudio no tenga otros que puedan enmascarar nuestros resultados. Es decir, si estudias el impacto de las prácticas agrícolas en un río que recibe también el de las aguas residuales de una industria es difícil dilucidar en qué medida contribuyen estos dos impactos al estado del río. No obstante, resulta difícil establecer relaciones de causa efecto en la naturaleza porque siempre hay factores que no controlamos. ¿Qué particularidades tiene la zona?

Un gran valor socio-ecológico. No muchos lugares del país pueden decir que conservan bosques centenarios (soutos) y varios usos tradicionales agrícolas, como un sistema de regadío basado en ‘regos’ desde los ríos para mantener los prados verdes en verano. La otra particularidad es que no tiene el impacto de vertidos de aguas residuales industriales o de grandes ciudades permite.

¿A qué conclusiones llegaron?

La primera es que los tramos estudiados tienen un agua de buena calidad. La segunda es que la degradación del bosque de ribera y el número de presas en el río fueron factores más determinantes para nuestros resultados que la contaminación por nutrientes, el impacto más común de prácticas agrícolas abusivas como el uso excesivo de fertilizantes sintéticos, purines o el sobrepastoreo. Y, la tercera, que se evidencia que en la naturaleza no toda práctica es siempre buena o mala, lo que requiere que participen especialistas en la toma de decisiones. Por ejemplo, observamos que la presencia de un prado al lado de un río no necesariamente supone un impacto negativo para el estado de salud del río o que tener un río flanqueado por un denso bosque no necesariamente beneficia a toda la biodiversidad fluvial. ¿Hay tareas agrícolas especialmente agresivas para las riberas? Depende de la intensidad y frecuencia de las prácticas. El peligro no es el uso de la naturaleza, sino el abuso. En general, podríamos decir que toda práctica agrícola que no deje una franja de vegetación natural a modo de filtro verde entre las tierras de pastoreo y los ríos, corre riesgo de arrastrar heces y otros fertilizantes con la lluvia y contaminar. También el ganado al beber en el río destroza, al subir y bajar, las riberas y esta erosión, unida a la acumulación de excrementos, son otros impactos ambientales que incluso pueden afectar a la salud del propio ganado. La silvicultura también puede ser un problema si afecta a bosques de ribera muy maduros o bosques centenarios, que son las joyas que interesa conservar. Un árbol de cien años tiene unas funciones ecológicas que no se re

Despoblación rural

EL ABANDONO de las zonas rurales también tiene consecuencias en la calidad de las aguas fluviales. La más directa, el cultivo extensivo que acaba acarreando daños en la biodiversidad e incluso puede provocar la progresiva sequía de algunos arroyos.

Particularidades Comportamiento

emplazan cuando se planta uno joven. Ahora bien, cortar árboles es necesario para mantener el estado de una masa forestal sana y para reducir la expansión de estos bosques jóvenes regenerados y conservar el paisaje en mosaico. No es la primera vez que se fija en esta comarca para sus estudios. ¿Tener raíces en O Incio influyó? ¿Cómo influye la despoblación en la calidad de las aguas de los ríos? Menos gente reduce el impacto sobre los ríos, pero también da lugar a otros problemas. El paisaje típico de una aldea rural activa es tener zonas de huertas, de pastos, de matorral y de bosque, lo que llamamos

Escoger un área de estudio y ubicar los puntos de muestreo es delicado y crucial en el diseño de un trabajo científico. Así pues, conocer la zona de antemano ha sido un factor determinante sí, aunque no voy a negar que contribuir a conocer mejor el patrimonio natural de mi pueblo no haya tenido un gran peso en la decisión.

Y en el plano personal, ¿de dónde viene su interés por la biología? Siempre me han gustado los animales y la naturaleza y si bien es cierto que durante la etapa escolar tuve dudas en si ser veterinario o biólogo, pronto me di cuenta que me gustaba estudiar los animales y las relaciones que establecían con el entorno y el ser humano en sentido amplio, no sólo desde el aspecto más sanitario curativo que trabajan los veterinarios. La rama de la biología que estudia los animales es la zoología, pero yo suelo combinar conocimientos de zoología, fisiología, veterinaria o ecología, así que me definiría un paisaje en mosaico que es necesario para conservar una biodiversidad muy amenazada en la actualidad como es la de espacios naturales abiertos (matorrales, huertas). Pero este paisaje en mosaico se está homogenizando con la despoblación rural. como zoólogo integrativo. Estudio la vida de los animales con fines básicos y aplicados desde diferentes ángulos porque la naturaleza es siempre poliédrica. Mi hábitat preferido son los ríos y mi grupo animal favorito, los peces.

En su biografía dice que está comprometido con la mejora del conocimiento de la biodiversidad. ¿Pecamos de no conocerla?

Más que el conocimiento de las especies per se —poner nombre a los animales o plantas—, me preocupa que se extiendan prácticas poco respetuosas con el medio ambiente por desconocimiento o por seguir la inercia de la sociedad. ¿Algún ejemplo?

Mucha gente mata a toda serpiente que ve aunque no le haya hecho nada y saber que son unos excelentes raticidas naturales quizás ayude en su conservación. Está en manos de todos cambiar nuestra relación con el planeta porque está en juego la conservación de la biodiversidad y el bienestar. Por ejemplo, para los problemas respiratorios que ya causa la contaminación en las grandes ciudades la solución no esta sólo en prohibir la circulación de coches, sino dar alternativas de transporte factibles y económicas.

Pese a residir en Barcelona, ¿es un asiduo de O Incio?

Sí, voy cada año.

Y después de concluir sus estudios en esta zona, ¿se sigue sorprendiendo con lo que encuentra?

Sí, estudiar la biodiversidad tiene una ventaja y es que nunca te la acabas. En mis estudios, tengo la suerte de contar con especialistas en varios grupos de insectos y de otros invertebrados (Marc Domènech, Juli Pujadé, Eduard Vives, Miguel Carles-Tolrá, Xavier Espadaler, Vicens Bros o Antoni Serra) lo que hace que cada estudio sea una caja de sorpresas. Hemos descubierto primeras citas de varias especies para la península, para España, para Galicia e incluso ejemplares capturados en O Incio han servido a un especialista para describir una nueva especie de insecto para la ciencia.

No muchos lugares pueden decir que conservan bosques centenarios y varios usos tradicionales agrícolas»

Me preocupa que se extiendan prácticas poco respetuosas con el medio ambiente por desconocimiento o inercia»

¿Y de qué manera se llega a la desaparición del paisaje en mosaico? Con la pérdida de población se pierden hábitats abiertos y se fomentan usos extensivos, por ejemplo las plantaciones extensivas de árboles que consumen muchos recursos, incluida agua. Que esté aumentando la superficie de bosques jóvenes en España por el abandono de las tierras cultivables es un problema para la conservación de la biodiversidad terrestre y la fluvial. Muchos árboles donde el agua escasea pueden dejar a los ríos secos, sobre todo en verano.

«El aumento de bosques jóvenes por tener abandonado tierras cultivables es un problema»