LLEGARÁ UN día, al parecer no muy lejano, en que habrá que repartir tres millones de euros en promocionar el turismo en la comarca de A Mariña. Ya nos pusieron algunos deberes por parte del secretario de Estado de Turismo si se lee entre líneas: «La comarca tiene que mejorar», dijo. Seguro. No hay mejores certezas que las de las frases vacías. Si a esa en concreto le cambiamos el sujeto, pongamos por caso por él mismo, seguiría siendo igual de válida: «El secretario de Estado tiene que mejorar». Nos ha fastidiado. Pues fijo que sí, y eso que ni siquiera sé qué hace.

Pero llegará el momento, decía, en que nuestros dirigentes municipales tengan que repartir esos milloncejos. Se avecinan curvas. Pasará lo mismo que con las vacunas o con los fondos europeos: el reparto estará mal, habrá descontentos, disparidad de criterios, unos ofendidos y otros tragando bilis en silencio... Un poco de todo.

Para empezar, no estaría mal que nos rodeasen de alguna infraestructura nuestros dos focos turísticos más importantes por nivel de atracción: As Catedrais y O Fuciño do Porco. Como eso no se ordene un poco más de lo que está y como no se oriente de forma que sirvan de foco de atracción de verdad, acabarán por volverse contraproducentes porque atraen a tanta gente que la experiencia que uno se lleva de ahí no siempre es la que debería.

Y eso muy bien podría estar ya hecho.